Creo que arribar al número 1.000 de publicación merece una reflexión, a veces el tiempo pasa demasiado rápido, casi… sin darnos cuenta, entonces es bueno, de vez en cuando, pararse junto al camino y observar el trayecto recorrido y charlar un poco con los compañeros de viaje.
Entonces aprovecho para agradecerles, primero por elegirme y por venirme a buscar todas las semanas; después por leerme, porque en mi corazón de tinta y papel hay mucha vida… La gente vive muchas cosas, algunas muy difíciles, pero otras más felices, algunos de ellos las escriben en mi hoja y a través de ella llego a ustedes.
En estas mil semanas puedo decirles que en mi casa siempre me cuidaron, para que yo les transmita más alegrías que tristezas, que pueda más bien relajarlos que angustiarlos… Hay demasiado dolor en la vida para que, en el poco rato que estamos juntos, yo les cause más…
Por eso me han cuidado y por eso soy como soy…
Hoy al llegar al número 1.000 estoy muy feliz y quiero agradecer, a los directores, que pasan muchas horas forjándome, para que salga lo más parecido posible a lo que anhelan, a toda la gente que trabaja conmigo, a quienes me diseñan los avisos, a quienes venden las publicidades, a los auspiciantes, a quienes colaboran con información, a mi compañero de todos estos años, el Diario del Viajero; a quienes me distribuyen, a quienes me atesoran para regalarme a sus clientes. En fin, a todos, muchas gracias y hasta la semana que viene… |