“Es una gran satisfacción. El Dakar es un mundo distinto al que nosotros vivimos día a día y al que es muy difícil entrar”, dijo Marcos Cabrino, único pampeano que trabajó en el último Dakar y que unió a los países de Argentina, Chile y Perú.
“En mi caso me fui capacitando durante varios años, ya sea en navegación, en conducir un vehículo 4x4, en adquirír experiencia en competencias similares, de hacer contactos con gente que está en en la organización y llega el día que te llaman para trabajar en el Dakar”, contó.
Cuando se le preguntó cómo había surgido el contacto manifestó que “desde el 2010 que vengo corriendo el Campeonato Argentino de Rally Cross Country y allí comencé a relacionarme con la gente de mas eventos –de Córdoba-, quién es la responsable de la organización. El primer trabajo que hice fue el barrido de la Ruta 40 y me volvieron a llamar en el 2011 para hacer lo mismo, junto a seis camionetas más de General Pico”.
Cuenta que el llamado de la organización lo recibió en octubre y que allí lo confirmaron como un integrante del equipo Foxtrot. “Este equipo cumple la función informar el impacto que genera el Dakar en el medio ambiente, además de ayudar a competidores y juntar todo lo que los corredores van dejando en el camino”.
Manifestó que el año que viene el Dakar arrancará en Perú, tendrá un pasaje por Argentina y cerrará en Chile. “Lo que ocurre que Argentina tiene rutas muy rápidas, de Rally y al competidor del Dakar no es lo que más le atrae. A ellos les gusta más el camino de la Duna, más trabajoso, donde tengan que pelearla más”.
El equipo Foxtrot, del cual formaba parte, estaba compuesto por seis camionetas, de las cuales cuatro de ellas ingresaban al camino de los competidores y dos iban de apoyo. “Lo que me llamó la atención fue la organización. Es espectacular. Está todo organizado y no existen baches”.
Finalmente cuenta que la experiencia vivida ha sido única “Unas de las más significativas fue cuando encontramos a un motociclista argentino que se le había quemado la moto y venía caminando por la Duna de Fiambala - Catamarca-, y cuando nos vió lo primero que nos dijo fue “sáquenme de aquí por favor”. Creo que le salvamos la vida”.
Fuente nota y fotos: “infopico” - www.infopico.com
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