Más mueven los ejemplos que las palabras
                                                                          Séneca

Veinte años atrás una importante institución de jubilados me pidió que escribiera un artículo en una publicación que ellos editaban. Recuerdo que en el texto que preparé hacía mención a la importancia que se daba en ciertos países europeos al dictado de cursos de nivel terciario, dedicados exclusivamente a jubilados, a fin de tenerlos preparados intelectualmente para nuevas labores en donde pudieran aplicar la gran experiencia humana adquirida. Ese texto aprobado inicialmente por el comité de redacción no fue difundido por ser considerado inoportuno frente a la idea de que el jubilado debe tener ingresos suficientes para no trabajar nunca más.
Algunos de esos conceptos considero que aún tienen vigencia y por lo tanto los transcribo:
 
La universidad de la tercera edad
Resulta ya indiscutible que un país necesita, para lograr un rápido crecimiento, el aporte laboral de toda su población. Esa es una de las razones por la cuál en los países más desarrollados, las mujeres intervienen cada vez más en la producción desde niveles de responsabilidad.
Pero las necesidades modernas requieren una mayor movilización social. Es por ello que se han abierto nuevas oportunidades al hombre de edad madura en las cuales se tiene en cuenta una menor actividad física, compensada por una mayor experiencia humana.
Para esa nueva convocatoria, optativa desde ya, se han preparado en muchas escuelas europeas de altos estudios, cursos especializados de actualización y otros de capacitación en nuevas actividades.
Este tipo de enseñanza denominada Universidad de la Tercera Edad, se caracteriza por una cantidad de cursos profundos e intensivos que aprovechan una mayor disponibilidad del tiempo del jubilado en relación al adulto en general.
Los test vocacionales y de aptitudes, conjuntamente con un constante análisis de las necesidades del mercado laboral, son elementos orientadores de fundamental importancia en una formación en que se trata de reactivar hombres para un nuevo período de vida.
Desde ya esta convocatoria a una actitud responsable y de buen nivel no afecta los derechos adquiridos sobre la jubilación, que se convierte de esta manera en una forma de asegurar el futuro y un premio adicional para quien trabajó bien durante años y llegó a cierta edad.
Sus trabajos posteriores a la jubilación son un plus que le permite superar su standard de vida.
A esta preparación de buen nivel, se agrega una política estatal y empresaria en la que un sistema de horarios de trabajos debidamente fijados, permite tareas de media jornada que no agotan, como para lograr una gran eficiencia en pocas horas de labor.
De esta manera el aporte de los jubilados a la sociedad, no es la referida exclusivamente a un pasado inmediato, que sectores egoístas pretenden soslayar, sino a un presente y futuro en donde la fuerza de la experiencia sustituye a la fuerza de una musculatura fuera de punto.

Hoy en día ya se habla de la cuarta edad y del aprendizaje permanente del hombre durante toda su existencia, que le permite mantener su vigencia y su aporte operativo a su entorno familiar y a la sociedad misma. Ese artículo que escribí, que escandalizó a algunos dirigentes de jubilados, tiene una fuerza mayor aún porque las circunstancias, que debieron haber sido previstas, han colocado a la persona mayor en una situación de indefensión por no estar adecuadamente preparada para esta realidad que la sociedad está viviendo, independientemente de la justicia o injusticia de los hechos cotidianos
En Japón, el jubilado actúa en muchos casos como tutor de los jóvenes que recién ingresan en la compañía, y les explica las características funcionales de la misma, y la filosofía que la motiva. Une así las viejas experiencias con las nuevas tendencias, marcando la continuidad en la posta de la vida.
Es una forma de vigencia inteligente del hombre mayor. El jubilado ya no es un retirado de la acción, sino un hombre que sigue actuando de forma diferente, pero con  igual prestigio y ascendiente en su medio ambiente habitual.

Carlos Besanson
Conceptos ya publicados en Diario del Viajero n° 553 del 3 de diciembre de 1997