El 19 de marzo de cada año, aglutina varias fechas relacionadas entre sí, como el Día del Industrial Maderero, el Día del Carpintero y el Día del Artesano.
La fecha inclusive forma parte del Santoral Católico, al recordar a José, quien es el padre terrenal de Jesucristo en la Biblia.
Por esta y otras razones, se considera a este oficio relacionado a la madera, uno de los más antiguos de la humanidad, que reconoce una larga y rica historia, forjada por los conocimientos traídos desde diversos países por auténticos maestros ebanistas, que tuvieron aprendices a quienes transmitieron sus conocimientos haciendo consumados carpinteros.
Varios son los apellidos y familias enteras que integran la lista de los trabajadores del rubro, los más calificados que trabajaron e hicieron escuela, en algunos casos con establecimientos de carpinteros y muebleros que perduran.
Años atrás en el oficio se trabajaba con maderas especiales que hoy es muy difícil conseguir, como de petiribí, viraró, cedro paraguayo, raulí y guatambú, entre otras. Estos materiales posibilitaban confeccionar muebles de una calidad singular y al mismo tiempo al alcance de todos.
Hoy, cada vez son menos las demandas de muebles de cedro, roble o algarrobo. La mayor parte de los trabajos son realizados, según reconocen los carpinteros, con placas ya enchapadas, aglomerados y hasta con plásticos.
Pero lo que en la carpintería no ha cambiado y sigue dando la nota, la que hace la diferencia, es el costado artístico del oficio: el diseño, la concepción misma del mueble desde la funcionalidad a la elegancia de la línea exterior.
En la preocupación de los carpinteros hay una luz roja encendida desde hace mucho y que con el tiempo va cobrando intensidad; se trata, según reconocen la gente del oficio, la falta de aprendices, una carencia que también se registra en otros oficios antiguos y artesanales. |