Los comienzos de la industria frigorífica en
Argentina, se remontan a la época de la inmigración,
donde mientras las pampas se poblaban de ovinos se ensayaban
las primeras exportaciónes de carne a Europa.
En 1876 se formó una compañía francesa
dispuesta a explotar el sistema Tellier consistente
en conservar las carnes frescas dentro de cámaras
mantenidas a 0º C. El vapor «Le Frigorifique»
(foto) llegó a Buenos Aires para la navidad de
ese año con carne fresca de reses muertas en
Rouen tres meses antes.
La carne llegó en buen estado aun cuando no parece
haber sido muy sabrosa al gusto. Había entusiasmo
por el nuevo sistema. De modo que se organizó
un envío de carne vacuna y ovina a Francia que,
desafortunadamente, llegó en mal estado.
Al año siguiente arribó otro barco, «Le
Paraguay», equipado según el procedimiento
Carre-Julien de congelado a -30º C. Esta segunda
experiencia resulto exitosa. Tanto la carne arribada
al Plata como la embarcada de regreso a Francia resistió
en buen estado la travesía. Frente a las promisorias
perspectivas de la exportación a gran escala
de carnes hacia Europa la empresa Julien y Cia, promotora
del viaje anunció la construcción de una
flotilla de vapores. Eran los inicios de la industria
frigorífica y el transporte de carnes en la Argentina.
Hoy a más de un siglo de aquel puntapié,
la industria frigorífica, que el 29 de junio
celebra su día, juega un papel fundamental en
la economía mundial, habiendo incorporado avanzada
tecnología y altos estándares de comercialización,
para llevar a todo el planeta las mejores carnes de
los paises productores, siempre en la constante búsqueda
de lograr mayor eficiencia, salubridad y control.
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