Propaganda Vs Ciencia
Es este un clásico caso donde se comprueba
que si una mentira es repetida las veces suficientes
termina por ser aceptada como la verdad - sobre todo
cuando la verdad es mantenida oculta por los medios
de prensa porque no resulta "políticamente
correcta". De todas formas, lo que la ciencia y
la historia han dejado establecido en el tema es lo
siguiente, y que demuestra que las afirmaciones del
Concejal Altolaguirre no se condicen con la verdad científica,
y son el resultado de hacerse eco de la abundante propaganda
y desinformación que propagan organizaciones
ecologistas de reconocidas actividades antinacionales
como Greenpeace.
Lo que la ciencia ha determinado
Los epidemiólogos han intentado identificar
aumentos de la incidencia de efectos crónicos
y agudos entre los grupos expuestos a los PCB (Brown
y Jones, 1981; Vertáis et al., 1987, Gustavsson
et al., 1986; Salta et al., 1989, NIOSH, 1977, Davidorf
y Krupp, 10979; Yassi et al., 1994). En este tipo de
estudios, los efectos sobre la salud de grupos fuertemente
expuestos a los PCB son comparados con los efectos observados
en grupos de control, individuos que no han tenido contacto
con PCB más allá de los niveles de fondo.
Han pasado más de 60 años desde que los
operarios fueron expuestos fuertemente a los PCB. Un
período que debería de ser suficiente
para detectar enfermedades como el cáncer, que
tienen períodos de latencia de 10 a 30 años
(el tiempo que media entre la exposición inicial
y el desarrollo de la enfermedad).
Los estudios ocupacionales más extensos se han
enfocado sobre trabajadores empleados en la construcción
de equipos eléctricos. Estos individuos tuvieron
una exposición cutánea diaria con los
PCB durante muchos años, inhalaron niveles de
PCB relativamente altos, y probablemente ingirieron
algo del producto al comer cerca de sus lugares de trabajo.
Fuera de irritación de la piel y los ojos, y
quizás una inducción de enzimas del hígado
(un signo de actividad metabólica aumentada del
hígado), no se pudieron detectar ni atribuir
efectos agudos o crónicos a los PCB. A pesar
de altas concentraciones de PCB en suero y en grasas
de estos trabajadores, no se detectó la severa
forma de cloroacné y otros efectos observados
en los incidentes de Yuso y Taiwán (Rosenman,
1992).
Cuatro estudios ocupacionales importantes
. El NIOSH (Instituto Nacional para la Seguridad
Ocupacional y Salud) estudió trabajadores de
mantenimiento expuestos a los PCB en dos compañías
eléctricas (Smith et al., 19881a). Las concentraciones
de PCB en sangre eran mucho más elevadas en esos
trabajadores que en el nivel nacional de fondo (12 a
298 partes por mil millones [ppmm] versus 10 a 20 ppmm.
Los trabajadores no demostraron tener ningún
efecto sobre su salud, ni siquiera cloroacné.
. El NIOSH estudió 224 trabajadores expuestos
al PCB en una planta de manufactura de equipos eléctricos
y encontró concentraciones de PCB en sangre variando
de 15 a 3.580 ppmm. A pesar de tales elevadísimos
niveles, no se observaron efectos adversos (Smith
et al., 1981b).
. Lawton et al. (1985) estudiaron la salud de 194 trabajadores
fuertemente expuestos al PCB durante un promedio de
15 años, con algunos casos hasta 35 años.
El primer informe de trabajadores seguidos hasta 1976
no mostraron efectos adversos. Una reevaluación
en 1979 tampoco produjo evidencias de afectos adversos
sobre la salud de estos trabajadores.
. El más completo estudio sobre los efectos
a largo plazo de la exposición a los PCB involucró
a más de 2.500 trabajadores empleados
en dos distintas plantas manufactureras de condensadores
eléctricos (Brown y Jones, 1981). Los investigadores
del NIOSH no identificaron ningún exceso significativo
de cánceres individuales entre los trabajadores,
la mayoría de ellos con 20 años en el
trabajo. La mortalidad total por cáncer para
esta población ocupacionalmente expuesta era
ligeramente menor que la de la población
de los Estados Unidos en general.
Estos estudios no encontraron correlación
entre el nivel de exposición y el efecto,
y por consiguiente no proveyeron evidencia de que la
exposición a los PCB incrementa el riesgo de
cáncer en los humanos (ATSDR, 1996). Dado el
pequeño número de casos en estos estudios,
se mantiene la posibilidad de que los trabajadores altamente
expuestos podrían eventualmente desarrollar enfermedades
relacionadas con los PCB y aumentar su mortalidad. Está
claro, sin embargo, que los serios problemas de salud
(agudos y crónicos), que se observaron en los
incidentes de Japón y Taiwán, no se han
observado como resultado de la exposición ocupacional
a los PCB (Rosenman, 1992).
¿Riesgo para los vecinos o alarma sin fundamentos?
Habla Altolaguirre de "La liberación
del aditivo con PCB contamina el suelo, las napas y
el agua. No sólo de un barrio sino de toda la
zona porque una de las características del PCB
es que se desparrama con facilidad." La cantidad
de PCB que se derrama de los transformadores es ínfima
y no alcanza a contaminar las napas subterráneas
ni los acuíferos. Sólo es necesario cuantificar
cuantos centímetros cúbicos de PCB se
han derramado de un transformador y, en el supuesto
y muy improbable caso de que lleguen a napas y acuíferos
a 50, 100 o más metros de profundidad, los pocos
miligramos que lo hicieron puedan distribuirse entre
los millones de toneladas de agua de esos acuíferos.
Una vez cuantificadas las pérdidas y el volumen
de los acuíferos, uno se da cuenta de que el
peligro es totalmente inexistente. Sobre todo porque
los PCBs no tienen la toxicidad del arsénico,
o del mercurio, del cadmio y otros metales pesados.
El mito de las dioxinas
También se hace eco Altolaguirre de un mito
ampliamente difundido por las ONGs ecologistas: la toxicidad
de la dioxina: "Las dioxinas son las sustancias
más dañinas que se conocen. Son cinco
millones de veces más tóxicas que el cianuro
y se ha comprobado que son cancerígenas."
Hay sustancias mucho más "dañinas"
y tóxicas que la dioxina, como la toxina botulínica,
las aflatoxinas, los compuestos mercúricos, arseniosos,
fosfóricos, los cianuros, etc. Pero el mito de
la dioxina es conveniente para la propaganda ecologista
que prefiere olvidar que el accidente de la fábrica
de dioxina en Sevezo, Italia, el peor accidente relacionado
con la sustancia, no produjo ni una sola muerte, y sólo
se registraron casos de cloroacné que se curaron
en pocas semanas.
Sanz no es el irresponsable...
Finalmente, todo lo expresado por Carlos Sanz, de
la Administración Provincial de Energía
de La Pampa, es estricta verdad (N. de la R: recientemente
se le atribuyó a dicho funcionario declaraciones
indicando la complejidad de la eliminación de
los PCB). Vista y comprobada la escasa (o nula) peligrosidad
de los PCBs, y el elevadísimo costo de su tratamiento
e eliminación, proponer hacerlo es una demostración
de irracionalidad e irresponsabilidad llevada a
extremos ridículos. Sobre todo en un país
en donde la crisis económica, financiera y social
sólo resulta beneficiosa para aquellos que pretenden
pescar en río revuelto, para quienes las crisis
representan una oportunidad de presionar sus agendas
reguladoras y prohibicionistas con el fin de detener
e impedir el desarrollo y el progreso de la Argentina.
Eduardo Ferreyra
Presidente de Fundación Argentina de Ecología
Científica
E-mail: [email protected]
Web: www.funareco.org
Otros links a notas sobre PCBs:
"Hechos Científicos sobre
los PCB"
http://mitosyfraudes.8k.com/Pesti/HechosPCB.html
"Breve Informe Sobre PCBs"
http://mitosyfraudes.8k.com/Articulos/InfoPCBs.html
"Cómo entender los estudios
epidemiológicos"
http://mitosyfraudes.8k.com/Articulos/Epidem.html
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