Esta es una misiva con un pedido
perdurable para que las cosas nos vayan bien.
La carta a los Reyes Magos
la escribimos con el deseo de ser reemplazados en el
esfuerzo de las realizaciones para lograr los resultados
que anhelamos.
Por eso recordemos la ilusión de
los regalos que esperamos y repasemos los méritos que
deberíamos tener para obtenerlos.
ElizabethTuma
CARTA A LOS REYES MAGOS
Publicado el 27 de diciembre de 2000
- DV nº 713
¡Hace tantos años que no les
escribo!
Al comienzo de mi vida lo hacía,
con ayuda de mis padres, como interesado directo.
Mucho después, en nombre de
mis hijos, encausando sus pedidos en cosas viables.
Ahora, invocando a muchos de
nuestros lectores, que piden que se haga realidad todo
lo que es posible.
Pido un paquetito de Igualdad,
Justicia, Seguridad, amplias oportunidades laborales,
una educación intensa pero generosa, una solidaridad
más vasta que los buenos deseos, para que de esta manera
todos podamos sentir en plenitud, y no como slogan,
la libertad, la igualdad y la fraternidad.
No es una aberración, pedir
oportunidades de trabajo para aquellos que tienen
una vocación laboral eficiente, dentro de una sociedad
responsable, que debería reinvertir constantemente utilidades,
sin necesidad de endeudarse.
Tampoco lo es pedir que los
planes dejen de ser expresiones de deseos, y se
conviertan, en los hechos, en objetivos correctamente
ejecutados.
No es convincente el ¡me
gustaría! de los que viven con inoperantes ilusiones,
sobre actos que piden que otros hagan. Tampoco el ¡yo
pongo la idea! ¡que el capital y el trabajo lo pongan
otros!
El presentismo, se ha transformado
en muchos casos, de un acto responsable en una irresponsabilidad
encubierta. Se está presente en la escuela, ¡nunca
falta! pero ello no significa que se está atento
para aprender. ¡Estoy presente en el trabajo, pero
la paso bien porque no estoy siempre trabajando! De
esta manera se ocupan sillas que se transforman
insensiblemente en inodoros encubiertos.
Y esto no es solamente atribuíble
a los funcionarios públicos. La ética del trabajo,
sobre la cual pocos hablan, requiere unir constantemente
inteligencia con sudor. El esfuerzo permanentemente
bien orientado, es lo que permite grandes descubrimientos
y conquistas, pero también es válido para lo común y
cotidiano. El éxito puede ser momentáneo, si no es siempre
preservado.
¿Cómo un país de abuelos inmigrantes
se ha transformado en otro, en el que nuestros hijos
y nietos piensan en emigrar? Pertenecer a una tierra
determinada, implica identificarse orgullosamente con
ella, no solamente en sus bellezas, sino en sus armonías
sociales, y en las oportunidades para crecer como individuo.
La Patria es el sitio en que vivieron los padres, y
descansan en Paz, y en dónde sus descendientes continúan.
Conviene recordar ¿por qué vinieron
los inmigrantes europeos?, a fines del siglo XIX y hasta
los años cincuenta. Ellos se escapaban de las continuas
guerras en las cuales eran carne de cañón y la destrucción
de las poblaciones civiles formaba parte de los objetivos
de sus circunstanciales enemigos. Además la desocupación
y el hambre les quitaba esperanza de sobrevida.
Para retener a nuestros hijos
sepamos crear nuevas fuentes de trabajo y simultáneamente
el libre acceso a conocimientos eficientemente aplicables.
Pero también, demos vigencia a la igualdad y seguridad
plena de derechos, para que noten la diferencia
entre ser un colado en otro país y ciudadano en el propio.
Un desocupado es un descreído
en el tiempo, que termina transmitiendo su inseguridad
a su entorno. También alguien que no se siente físicamente
seguro, vive con miedo al no estar debidamente protegido
por el rápido cumplimiento de las leyes, y una justicia
eficaz. Si algunos no aprecian una real protección legal,
no pueden sentirse ciudadanos de primera...
La tolerancia de la corrupción,
en lo público y en lo privado, va generando paso a paso
la degeneración social. Los que quieren hacer carrera
política, aceptan por conveniencia las mentiras de sus
aliados, para poder confrontar con las que esgrimen
sus adversarios. Si en los tres poderes del Estado la
corrupción está enquistada y aceptada, la república
democrática no funciona plenamente, porque la
corrupción niega de hecho la igualdad de oportunidades
para todos.
Más aún, la auténtica libre
competencia se desbarata cuando los oligopolios actúan
ilegalmente para eliminar a las empresas más chicas
que ofrecen otras opciones al público.
En realidad esta carta no está
destinada a los Reyes Magos sino a cada uno de los lectores
para que podamos regalar a nuestros hijos ese país de
ensueño que queremos.
Carlos Besanson
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