Al iniciarse el nuevo milenio, el
área de las ciencias de los alimentos y de la nutrición
se ha hecho presente con cada vez mayor intensidad. La
interacción alimentos-medicina cada vez más
reconocida, acepta el papel de los componentes alimenticios,
como nutrientes esenciales para el mantenimiento de la
vida y de la salud. El hombre en los últimos años
presenta un interés acentuado en consumir ciertos
alimentos, que además del valor nutritivo aporten
beneficios a las funciones del cuerpo. Hipócrates
hace casi 2.500 años sostenía esta frase:
«deja que la alimentación sea tu medicina
y que la medicina sea tu alimentación», de
igual manera, la relación entre la dieta y la salud
fue reconocida por la medicina china hacia el año
1.000 a. de C. Actualmente existe una renovada atención
en incluir ciertos componentes a los alimentos procesados
con el objeto de complementar alguna deficiencia de la
población.
Alimento funcional:
El término Alimento Funcional propuesto en Japón
en el año 1980 para su reglamentación,
define a los «Alimentos para uso específico
de salud», es «aquel que satisfactoriamente
ha demostrado afectar benéficamente una o mas
funciones específicas en el cuerpo, mas allá
de los efectos nutricionales adecuados.
Son aquellos alimentos naturales o procesados, de los
cuales aparte de su contenido nutritivo, contienen ingredientes
que desempeñan una actividad específica
en las funciones fisiológicas del organismo humano,
favoreciendo la capacidad física y el estado
mental. Las principales funciones están relacionadas
con un óptimo crecimiento y desarrollo, la normal
actividad del sistema cardiovascular, prevención
de enfermedades cardiovasculares, hepáticas y
degenerativas como el cáncer, aportar antioxidantes
y proteger el sistema gastrointestinal, entre otros.
La búsqueda de terapias alternas para algunas
enfermedades crónicas que afligen a la sociedad
de un modo particular, como es el cáncer, la
obesidad, la hipertensión, los trastornos cardiovasculares,
el envejecimiento de la población mundial, etc.
sumando a estas causas la falta de ciertos nutrientes
en los alimentos, traen como consecuencia avance en
la tecnología alimentaria, considerando a la
salud como un bien preferentemente controlable a través
de la alimentación.
También contribuyen a esto, los cambios reglamentarios
en las legislaciones vigentes de diversos países,
provocando un gran interés en el desarrollo de
los alimentos funcionales alrededor del mundo.
Se pueden considerar alimentos funcionales a los llamados
alimentos modificados, fortificados o enriquecidos,
con variación en su composición original
(con adición de algunos nutrientes, especialmente
vitaminas y minerales), cuya función específica
es restaurar o aumentar su valor nutricional para satisfacer
las necesidades de nutritivas de un determinado grupo
poblacional.
Las investigaciones en el campo de la epidemiología
y la dietética permiten establecer ciertas relaciones
entre los estilos de vida y los hábitos alimentarios,
determinando la incidencia de algunas enfermedades.
Estas investigaciones han puesto de relieve que ciertos
ingredientes naturales de los alimentos proporcionan
beneficios y resultan extraordinariamente útiles
para la prevención de enfermedades e incluso
para su tratamiento terapéutico.
(2da Parte)
Los «Alimentos Funcionales»
pueden clasificarse en tres categorías:
I) Alimentos basado en ingredientes naturales.
II) Alimentos que deben consumirse como parte de la
dieta diaria.
III) Alimentos, que al consumirse cumplen un papel específico
en las funciones del cuerpo humano, incluyendo:
a) mejoramiento de los mecanismos de defensa biológica;
b) prevención o recuperación de alguna
enfermedad específica;
c) control de las condiciones físicas y mentales;
y,
d) retardo en el proceso de envejecimiento.
De esta manera se presenta un fenómeno denominado
de auto-cuidado (self-care), siendo el factor principal
que motiva al consumidor a comprar alimentos saludables.
Definición de Valor Nutracéutico:
Son componentes de los alimentos o partes del mismo
que aportan un beneficio añadido para la salud,
capaz de proporcionar beneficios médicos, inclusive
para la prevención y el tratamiento de enfermedades.
Es un agente bioactivo proporcionado en forma concentrada
para mejorar las características nutritivas,
es un componente del alimento, o una mezcla compleja
de sustancias químicas, fisiológicamente
activas, cumpliendo una función igual que los
nutrientes de los alimentos, contribuyendo a reducir
la incidencia de ciertas enfermedades crónicas.
Actualmente existen muchos alimentos funcionales en
el mundo, con distintos componentes nutracéuticos,
como ejemplos:
En EE.UU para llegar a prevenir ciertas enfermedades
en la población, resulta fácil encontrar
barras de cereales destinadas a mujeres de mediana edad,
suplementadas con calcio para prevenir la osteoporosis,
con proteína de soja para reducir el riesgo de
cáncer de mama, con ácido fólico
para un corazón más sano, panecillos energizantes
y galletas adicionadas con proteínas, zinc y
antioxidantes. Alimentos con soja que contienen isoflavones
que reducen los síntomas de la menopausia.
En Europa, en Alemania se comercializan golosinas adicionadas
con vitamina K y vitamina E. En Italia, las góndolas
de los supermercados ofrecen yogures, con omega 3 y
vitaminas que previenen enfermedades cardiovasculares,
en Francia se ofrece azúcar adicionada con fructo-oligosacaridos
para fomentar el desarrollo de la flora benéfica
intestinal.
Otros ejemplos como el consumo de productos de origen
vegetal (frutas, verduras, granos integrales y leguminosos)
son considerado como medio de protección contra
enfermedades crónicas como el cáncer,
la presencia de fitoquímicos contribuyen a la
reducción de este riesgo. Compuestos como los
terpenos de los vegetales verdes y granos, funcionan
como antioxidantes, protegiendo a los lípidos,
a la sangre y a otros fluidos corporales. El licopeno,
presente en tomates, sandías y pimientos rojos
es el carotenoide implicado en la reducción del
riesgo de cáncer de próstata. Los betacarotenos
de la zanahoria reduce el daño celular, la luteína
de los vegetales verdes ayudan a una visión sana,
fibra insoluble de la cáscara de trigo reduciría
el cáncer de colon, el éster estanol de
la soja, trigo y maíz reduce la presencia de
colesterol en sangre, y muchos ejemplos mas presentes
en la alimentación diaria completa con alimentos
de origen animal y vegetal.
En Argentina la calidad de las carnes según sus
características organolépticas, composición
química y nutricional, consideradas a nivel mundial
como alimento de alto valor biológico, con especial
énfasis en su valor nutracéutico expresado
principalmente en el contenido de ácidos linoléicos
conjugados (CLA), ácidos grasos poliinsaturados
omega 6 y omega 3, agentes antioxidantes, etc. Los CLA
han sido identificados por sus propiedades anticancerígenas
y la relación de los ácidos grasos polinsaturados
omega 3 y omega 6 ha mostrado tener una alta incidencia
en la reducción del riesgo de las enfermedades
arteriales coronarias.
Las carnes blancas de pescado ricas en omega 3 y ácidos
grasos previenen el riesgo de enfermedades cardiovasculares,
mejoran funciones mentales y visuales
Diferentes productos como la leche, lácteos fermentados
(yoghurt, quesos, etc.) y otros derivados lácteos
aportan cantidades aceptables de ácido linoléico,
que mejoran la composición de las células
corporales y reducen el riesgo de ciertos tipos de cáncer.
Los microorganismos fermentadores de los lácteos
y los productos de la fermentación que producen
en estos alimentos mejoran la flora y motilidad intestinal
y reducen la presencia de ciertos tipos de úlceras
en el tracto gastrointestinal. La miel tiene acción
bactericida y anti-inflamatoria en uso externo, con
excelentes resultados en tratamientos de lesiones gástricas,
necesarias para la prevención de enfermedades
producidas por el helicobacter pylori y como antifungicida
en general.
Nuestro país, tiene la ventaja de contar con
un sistema de producción ganadera de base pastoril
siendo reconocida internacionalmente por su calidad
expresada en terneza, jugosidad y demás características
organolépticas, es además de alto valor
nutracéutico, justamente lo que hoy prioriza
el mercado de alimentos. Por otro lado, el valor nutricional
de los derivados lácteos, productos de la pesca,
vegetales, granos de cereales, etc. producidos en sistemas
semiextensivos y extensivos aseguran competitividad
comercial y fundamentalmente calidad nutricional, para
aquellos mercados que los demanden.
Es un hecho que los consumidores han comenzado a ver
la dieta como parte esencial para la prevención
de las enfermedades, el cuidado de la salud motiva comprar
alimentos seguros y de calidad.
Garantizar un futuro mas saludable para la humanidad
debe ser obra de los sistemas productivos de las materias
primas, la ciencia y tecnología de alimentos,
la nutrición y medicina humana, la mercadotecnia,
etc., consumir alimentos nutritivos, seguros e inocuos,
promueve la lucha por la consecución de una mejor
salud y calidad de vida.
Colaboración: Dr. Roberto Otrosky
- Cátedra de Bromatología e Higiene de
los Alimentos - Facultad de Ciencias Veterinarias, UNLPam.
E-mail: [email protected]
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