Después de una gran indigestión
se produce un notorio vacío. C.B
A veces los que tienen sueños del mañana descuidan los tiempos, de tal modo que cuando les llega la noche todavía están a oscuras…
Vivimos en una sociedad de pseudo arrepentidos por las consecuencias de sus errores, pero en la cual sus integrantes no asumen sus respectivas culpas directas e indirectas. La connivencia en los fraudes no ayuda a la convivencia social.
En ella, muchos autistas mentales o morales, quieren motorizarse manejando riquezas ajenas, que no supieron crear con su esfuerzo e inteligencia personal.
Todo estado caótico es una contradicción y por lo tanto su autonegación. La anarquía de normas lleva al absurdo y a la incompatibilidad e incoherencia entre los discursos y los actos.
Ser pragmático en los hechos no significa no tener ideas e ideales y una constante ética aplicada, tanto en lo cotidiano como lo que hace al futuro.
El impulso no rítmico y el pulso arrítmico, de gobernantes y gobernados, perjudica y ensucia a la sociedad toda, que no sabe autodiagnosticarse eficazmente, y por lo tanto automedicarse con propiedad.
Los grandes dinosaurios no han podido sobrevivir a las transformaciones de los tiempos. La carencia de un proyecto de vida, hace que el empleo de cualquier medio no necesariamente lleva a un buen fin.
La labor de delegar no es una tarea fácil. Por un lado quien no aprendió a administrar su propio tiempo no debe manejar tiempos ajenos. Quienes no saben actuar responsablemente en sus tareas no pueden ser un delegado eficaz de otros.
Saber cruzar la calle implica no solamente conocer las leyes de tránsito, sino también a quienes deben aplicarlas y a los que deben respetarlas. No basta que uno respete las normas, sino que ha de ser cauto y atento frente a quienes las violan y nos pueden atropellar.
Hoy en día la ansiedad colectiva consiste en esperar que se les regale resultados sin participar del esfuerzo. Muchos olvidan que para tener una buena cosecha debemos ir directamente al grano. Ni hablar de quienes no solamente no saben esperar los tiempos de forestación, sino que se aprovechan derribando los bosques existentes que no supieron crear.
La sociedad toda tiene siempre pañuelos a mano, pero de acuerdo a sus hábitos y desenvolvimiento los empleará para…
secar las lágrimas…
limpiar el sudor…
sacar el moco…
decir adiós…
Carlos Besanson
Publicado en el Diario del Viajero n° 895, del 23 de junio de 2004 |