La sabiduría está en la capacidad para
simplificar las cosas importantes.
Simplificar no es observar superficialmente
Con suficiente antelación hemos advertido a nuestros lectores, sobre las consecuencias de ciertas actitudes irresponsables, de muchos que conducen la cosa pública y la actividad privada.
Creo que el tiempo del mero diagnóstico precoz ha pasado. Es necesario que comencemos de inmediato un tratamiento permanente para lograr la supervivencia de todos y el crecimiento de una sociedad que siente sus obligaciones.
Hay quienes hablan de que se vendieron al voleo las joyas de la abuela. Otros temen que se estén vendiendo las sortijas de las hijas. Los hay que se preocupan por las alianzas de las nietas… (27/8/97 - DV nº 539)
Carlos Besanson
Pronósticos de tiempos
Publicado el 2 de septiembre de 1998 (DV nº 592)
Desde comienzos de este año, a través de notas comentarios, hemos señalado las debilidades de una política económica que no logra estabilizar, en el presupuesto general del país, los ingresos con los egresos; y que los saldos negativos son financiados con una creciente deuda pública que compromete el futuro.
Parecería que toda la actividad, pública y privada, estuviera circunscripta a una ingeniería financiera, que tiene a veces los méritos de una terapia intensiva, de primer o segundo grado, según la circunstancia.
Esa proyección hacia el futuro, que asemeja a un patear para adelante los problemas, sin dar comienzo de solución a los mismos, hace que no se tenga en cuenta la eficiencia, en todo lo que hace a la producción y a la productividad.
Los costos financieros, cuando el dinero de terceros sustituye al propio, inciden peligrosamente en los costos finales de los productos y servicios que se ofrecen. Es así que pueden llegar a descolocar totalmente, los precios locales y de exportación, de lo que es elaboración nacional.
Asimismo, el apoyarse constantemente en esa aparatosa ingeniería financiera, hace que se soslayen otros elementos esenciales para bajar costos, y por ende precios. Es como si un camouflage disimulara los puntos críticos, frente a la observación de propios y extraños.
Ciertas privatizaciones necesarias, pero que terminaron en un desguace del Estado, chatarreado especulativamente en falsos remates, han hecho perder la confianza en algunas operatorias pasadas, presentes y quizás futuras.
El hombre común, ese ciudadano que es tan importante en el momento del voto, pero que es ignorado en la toma de decisiones, debe adoptar precauciones. Una de ellas es aceptar una realidad, no agradable por cierto, pero que a partir de ella puede neutralizar parcialmente los inconvenientes para sobrevivir y crecer.
Inestabilidad e imprevisión
Publicado el 9 de septiembre de 1998 (DV nº 593)
Saber qué necesitan los demás; saber qué hacen los demás; saber cómo hacerlo mejor; saber cómo llegar a quienes serán nuestros futuros clientes, son objetivos simples y sencillos, pero de carácter permanente, cuyas reglas y tácticas tenemos que verificar constantemente.
En un mundo en que el crecimiento de la población es constante, no solamente se tiende, a mediano o largo plazo, a una saturación de gente, sino que se generan nuevos conflictos laborales, dentro de los cuales la desocupación crónica es el más perverso.
Solamente una educación permanente, que valorice integralmente al individuo, y lo actualice, podrá salvarlo de integrar las filas de los carenciados.
Si hablamos únicamente de competir, generamos el concepto de exclusión de alguno de los intervinientes. En cambio si nos referimos a la idea de competente marcamos la responsabilidad e idoneidad de quien asume una tarea, función o servicio. Debemos ser competentes sin necesidad de competir innecesariamente. Y esto es válido en el orden personal, empresarial, o político.
Ser creíbles y confiables constituye otra manera de ser humanamente competentes.
Los tiempos inestables que se avecinan no deben llenarnos de temores exagerados, siempre y cuando hayamos efectuado las previsiones adecuadas para resistir el temporal. Sentirnos seguros, como buenos pilotos de tormentas, ayuda a mantener el interés y el amor a la vida.
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