A partir de la imperiosa necesidad de los países por diversificar sus matrices productivas y generar mayor dinamismo en las economías locales, el turismo se ha posicionado como alternativa de desarrollo. Este crecimiento de la actividad trajo una lógica preocupación por la jerarquización del profesional de turismo, aún cuando los centros académicos tardaron en acompañar el proceso con una carrera específica, hoy la oferta está instalada.
En términos generales, las carreras con mayor difusión han sido aquellas vinculadas con la formación de guías, técnicos y licenciados en turismo. Sin embargo, estos profesionales (paradójicamente) no han logrado posicionar su actividad frente a la sociedad, es decir, difícilmente alguien que no esté vinculado con la actividad pueda describir el campo de acción de estos profesionales o demostrar los beneficios que acarrea la contratación de sus servicios.
¿Cuáles son los límites que dividen las tareas y diferencian los roles de los distintos profesionales?
Lejos de los debates teóricos interminables sobre la temática en cuestión, se puede definir tres grandes líneas de actuación de los profesionales: estratégica, táctica y operativa.
Los guías y técnicos en turismo (tal vez, aquellos de mayor conocimiento y re-conocimiento social por el alto grado de interacción con los visitantes) son los encargados de tangibilizar en acciones concretas los diferentes lineamientos estratégicos establecidos por los planes y/o programas. Sin embargo, existen diferencias notables entre uno y otro.
Por un lado, el guía de turismo conoce y aplica las herramientas específicas de la prestación del servicio en destino. Interactúa con el turista y es quién, en el momento de la verdad, se sustentará en el trabajo táctico y estratégico desarrollado para brindar al turista una experiencia satisfactoria y que cumpla o supere las expectativas de los visitantes.
Por su parte, el técnico en turismo es el agente encargado de poner en funcionamiento las acciones tácticas, es decir, materializa a través de la aplicación, gestión y evaluación específicas, los lineamientos estratégicos y generales en acciones concretas establecidas en un plan macro, de acuerdo a su especialización y capacitación.
Entonces ¿cuál es el rol de los licenciados en turismo?
El rol del licenciado en turismo es generar un desarrollo estratégico turístico a través del diseño de herramientas y determinación de políticas que definan la naturaleza del mismo, tanto a nivel destino como empresarial, con el objetivo de alcanzar un escenario deseado a través de la elaboración e implementación de: Planes de desarrollo; Planes de negocio; Planes de marketing; Formulación y evaluación de proyectos; Diagnósticos preliminares; Investigaciones de mercado; Capacitaciones de actores implicados en el desarrollo; sumado a esto, es quien conoce las herramientas de gestión y propicia los vínculos para el trabajo interdisciplinario, eje fundamental en el desarrollo turístico real y profesional. En pocas palabras, el licenciado en turismo es el responsable de crear y desarrollar un escenario donde, posteriormente, el técnico y guía generarán los intercambios económicos y sociales necesarios.
Resulta apremiante comenzar a profesionalizar el sector turístico de nuestra provincia con el doble objetivo de optimizar los recursos humanos locales para desarrollar eficaz y eficientemente la actividad turística. |
¿Porqué contratar un profesional del turismo y no un conocedor de la actividad?
La importancia de contar con profesionales, preferentemente de reconocidas instituciones educativas, radica en saber que toda acción se realizará a partir de métodos científicos y de investigación que refutan y se imponen al arraigado método prueba-error. Muchos son los recursos humanos, financieros y de tiempo que se utilizan durante el proceso de desarrollo turístico como para dejarlos librados a acciones espontáneas, desarticuladas y no premeditadas. Cada etapa debe estar articulada y ser consecuente con todo el proceso de planificación, y esta organización solo la otorga la metodología científica. Por otra parte, un profesional no sólo cuenta con su propia experiencia como bagaje de conocimiento, sino que se nutre de lo impartido por sus propios formadores y por todos los teóricos que han proporcionado material al estudio del turismo como fenómeno social y económico. Por el contrario, alguien que conozca de la actividad pero desconozca el método, independientemente del resultado, es inevitable que malgaste recursos y el resultado, difícilmente sea el óptimo; el cúmulo de conocimientos y el horizonte imaginable por uno no es el mismo que para el otro.
Más allá de las particularidades inherentes a cada profesional, hay factores del entorno que dificultan la jerarquización de los profesionales del turismo. Según Casanova Ferro (2007), esta problemática se vincula con el desconocimiento de la sociedad respecto a las funciones y alcances de cada profesional, con el agravante de un componente institucional que provoca serios inconvenientes para el alcance de tal propósito: 1) un régimen federal mal entendido, ya que en algunos lugares se ha presentado la paradoja de conflicto y superposición entre guías de parques nacionales, provinciales y municipales; 2) Independientemente de funcionarios y autoridades, en algunos organismos públicos, se cubren cargos netamente técnicos con personal no profesional y sin concursos; 3) La diversidad de ambigüedades en materia de incumbencias de cada profesional provocan una superposición de tareas y habilidades.
Finalizando el primer decenio del siglo XXI, la búsqueda de nuevos modelos de desarrollo económico sustentable requiere romper con los estereotipos creados por adeptos a la actividad cuyo propósito solamente han sido obtener rédito económico particular, sin considerar los beneficios sociales, culturales y económicos que puede generar el turismo en el resto de la sociedad.
Resulta apremiante comenzar a profesionalizar el sector turístico de nuestra provincia con el doble objetivo de optimizar los recursos humanos locales para desarrollar eficaz y eficientemente la actividad turística.
Colaboración: PACT Consultores
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