Llega el verano y los amantes del sol y la playa buscan la mejor combinación para estar a gusto.
Dentro de Argentina, la zona de Pinamar y alrededores sigue siendo la más top para el gran público bonaerense, con costos entre altos y altísimos. Mar del Plata y el resto de la costa atlántica, algo más gasolera, a la hora de salir a comer sigue estando cara.
Al sur, Las Grutas o Madryn son bien elegidas por muchos, pero los costos no mejoran.
Los viajeros internacionales saben, que si bien Punta del Este, en Uruguay es fashion, las playas orientales dejan mucho que desear y que Viña del Mar, en Chile, con todo su encanto, es para tomar sol, pero no para bañarse.
Quienes pueden escaparse en busca de mucho sol y aguas cálidas, dentro de lo más cercano, miran al Sur de Brasil con cariño.
Como ya habíamos anticipado en recientes ediciones (ver REGION® Nº 922 a 925), a pesar de la mala cotización que tiene para nosotros el real -moneda brasileña-, la poca diferencia en el gasto, vale la pena por el paisaje subtropical, la buena atención en el servicio y un clima muy favorable .
No obstante, a diferencia de lo que ha sido otros años, los que pueden «estirar un poco más» el gasto, apuntan a destinos del Caribe que han mantenido precios similares al año pasado, tras la crisis internacional y están más baratos que el norte carioca.
La zona del Mar Caribe conjuga aguas cálidas y transparentes, con arena finas y abundante vegetación, con hoteles de lujo y buena comida, con más... |
En primer lugar, debemos evaluar que de todas las playas extranjeras de países vecinos, el Sur de Brasil se destaca en la preferencia nacional, como destino más o menos accesible y relativamente cerca -unos 2.000 kilómetros- como para ir con nuestro propio vehículo.
En este segmento -línea del Trópico de Capricornio-, se hace necesario mencionar a Florianópolis, Bombinhas y Camboriú como preferidas, para no irnos más lejos hacia el norte.
Ya si pasamos esta meta las distancias hacen pensar en un viaje programado de otra forma y ahí empiezan a jugar los «paquetes clásicos» de una semana, incluyendo avión ida y vuelta, traslados, alojamiento en hotel o posada y el abundante desayuno local.
Volando a Río...
Entre estos paquetes turísticos brasileros de base más económicos, se anuncian Buzios, Salvador de Bahía o Guarujá, entre u$s 900 y 1.100 la semana, base doble, mes de enero.
Luego vienen destinos intermedios como Porto Seguro, Arraial D’Ajuda y otros, en el segmento de gasto entre u$s 1.200 y 1.400, tambien por semana, enero, base doble, en algunos casos hasta con media pensión. Y de aquí saltamos al segmento mayor del norte brasilero, por cierto el mejor, ya cercano a la línea del Ecuador, con servicios de alto nivel de «all inclusive» -todo incluído-, la receta jamaiquina que rápidamente ganó popularidad mundial.
Las Piscinas Naturales de Maragogi, Brasil, conocidas como «Galés», se localizan en la hermosa Costa dos Corais, a escasos 6 kilómetros de la costa, y forman parte de la segunda mayor barrera de corales del mundo. |
Brasil vs. Caribe
Es aquí donde se da la competencia con la zona del Mar Caribe. Destinos cercanos a Maceió o Recife, como el caso de la playa de Maragoggi -a mitad de camino entre estas dos ciudades-, no tienen mucho que envidiar a otros paraísos colombianos, venezolanos, de Dominicana o Cuba.
Los paquetes de una semana en el mes de enero en los resorts todo incluído de Maragoggi, por ejemplo, oscilan entre u$s 1.900 y 2.400, base doble.
La comparación surge entonces cuando vemos otras tarifas internacionales que generalmente han sido más caras, pero que la crisis internacional congeló para esta temporada.
Las ofertas nos muestran en enero una semana todo incluído en Isla Margarita, Venezuela, entre u$s 1.500 y 1.700 -depende que hotel elija-.
En Varadero, Cuba, igual período entre u$s 1.600 y $ 2.000.
En San Andrés, Colombia, los precios son similares, pero actualmente pocas agencias tienen cupos, hay que consultar.
En Punta Cana, Dominicana, entre u$s 1.750 y $ 2.000.
En Cancún, México, entre u$s 2.000 y 2.200. Siempre por persona y en base a una habitación doble, ocupada por dos pasajeros.
Algunas comparaciones
Todos los destinos que mencionamos de la Zona Caribe, son de habla española, mientras que en Brasil el idioma oficial es el portugués, que no es tan difícil.
Para Brasil y Venezuela, no se necesita Pasaporte para viajar, sólo con DNI es suficiente.
Para Colombia, Dominicana y México se necesita Pasaporte y para Cuba, además de Pasaporte es necesario Visa de Cuba, un trámite sencillo -no hay que ir a ningún lado-, que lo tramita su agencia de viajes.
En Brasil lo mejor es cambiar dinero por reales previamente y moverse con la moneda local en todos sus gastos.
En Colombia, Dominicana, México y Venezuela, con dólares esta bien, aunque siempre es bueno el uso de moneda local, especialmente para los gastos chicos.
En Cuba es mejor llevar Euros y cambiar por Cuc, la moneda local. Si cambia dólares no le resultará conveniente porque penalizan la moneda norteamericana.
Febrero y Marzo
La Temporada Alta de febrero, trae consigo precios un poco más bajos en todos los destinos y se torna muy aprovechable.
Lo que verdaderamente se pone bueno, son los valores de marzo, donde los precios bajan mucho, pero el sol sigue tan alto como siempre. De esto, comentaremos la semana que viene.
Brasil, primer país latinoamericano
en conseguir Bandera Azul en sus playas.
Brasil ha entrado en el selecto grupo de países que cuentan con la reconocida certificación medioambiental, Bandera Azul.
El sello le ha sido concedido a la playa, Jureré Internacional, situada en Florianópolis, capital del estado brasileño de Santa Catarina. La playa caterinense es la primera de Latinoamérica en obtener el sello Bandera Azul, una certificación ambiental para el litoral, concedida por la Foundation for Environmental Education (FEE). Esta organización no gubernamental, que tiene su sede en Dinamarca, está integrada por una red de 59 países de todo el mundo. Desde 1987 el número de playas y puertos deportivos participantes en la certificación Bandera Azul viene aumentando, pese al endurecimiento de los criterios de concesión. “Para recibir el sello, los candidatos deben cumplir con diversos criterios en las áreas de educación ambiental, información y señalización de seguridad a los usuarios, calidad del agua y del medio ambiente costero”, explica Marinés Scherer, del Instituto Ambiental Ratones (IAR), coordinadora del programa Bandera Azul en Brasil. Estos criterios se revisan periódicamente para armonizar con los nuevos descubrimientos científicos, los cambios legislativos y en general, para que los participantes de la campaña se esfuercen constantemente por lograr una mayor calidad ambiental. El sello tiene validez de un año y puede ser renovado después de una nueva evaluación y aprobación por el jurado nacional e internacional, del cual forma parte el Ministerio de Turismo.
Fuente: Turismo 530 |