Hilario Cardoso, bien apreciado vecino de General Pico, exteriorizó días atrás de manera categórica ante la comunidad, los aspectos de una problemática que aqueja el buen funcionamiento de su muestra zoológica, un emprendimiento privado que por la variedad y volumen de especies existentes y por el carácter didáctico - educativo de la misma, se ha ganado merecidamente el respeto y la admiración de los pampeanos en general y de la sociedad piquense en particular.
El planteo concreto del titular del zoo “El Sacrificio”, de General Pico, es que para el normal funcionamiento operativo del zoológico necesita de personal idóneo que pueda encarar las labores cotidianas y de quien pueda hacerse cargo del costo económico regulado que demandaría.
Cardoso explicó los motivos que hacen a esta necesidad, limitados hoy en el núcleo familiar por no poder seguir atendiendo adecuadamente la subsistencia de las especies de menor porte o pequeños animales silvestres y el normal desenvolvimiento de las visitas dentro de la finca; de hecho agradecen recibir periódicamente asistencia veterinaria sin cargo de profesionales del medio y aportes de comercios locales para con la alimentación de los animales.
Cabe señalar además que “El Sacrificio” es la muestra número 1 de registro ante la Dirección de Fauna y Flora Silvestre de la provincia de La Pampa encuadrándose la misma en el marco legal para la Exposición Fija de Animales Silvestres o Muestra Zoológica.
Hilario Cardoso |
El fervor, la pasión por los animales creció con Hilario Cardoso y en esta etapa de su vida junto a su esposa trata de preservar la existencia de un particular hobby que confirió durante mucho tiempo sus beneficios con trabajo y afecto a los demás sin perseguir un rédito económico a cambio.
¿Quién no ha visitado en General Pico el zoo de Don Hilario? por atractivo, observando a lo inquietos monos y hasta por momentos su aparente furia y su destreza, la desconfianza de los zorros, la tranquilidad de las tortugas, a la atenta mara, a los parsimoniosos patos y gansos, a los alterados teros en defensa de sus crías, a los curiosos ñandúes o sintiendo la mirada atenta del puma y las águilas, prestando atención al envidiable colorido del plumaje del pavo real y en un clima de tranquilidad y relax despabilando los sentidos ante el canto de los pájaros.
Pero el zoo de Hilario tiene una reina, una mascota de la casa, una Chuña, podríamos decir bien domesticada pero muy alerta y desconfiada, damos fe queridos lectores que mediática no es ni por asomo.
En una quinta de mayor extensión la familia Cardoso alberga a campo, podríamos decir también hasta con un carácter doméstico, una cantidad importante de Llamas, Guanacos, Ciervos, Jabalíes, Ñandúes, Burro y Antílopes.
“El predio es chico, pero el corazón es grande; me da pena a veces no poder atender a la gente como se merece”, se lamentó finalmente Hilario Cardoso.
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