En la tarde del 29 de julio, la localidad de Jacinto Arauz recordó un nuevo aniversario de la desaparición física de René Favaloro, reconocido médico que revolucionó la cirugía cardiovascular, quien estuvo radicado en la localidad por mas de 10 años.
El acto conmemorativo por el décimo aniversario del fallecimiento del Dr. Favaloro fue realizado frente al Monumento erigido en su memoria, donde se le rindió homenaje.
La celebración contó con la presencia del subsecretario de Turismo, Santiago Amsé; el diputado nacional, Ulises Forte; integrantes del Ministerio de Salud; referentes del turismo zonal; autoridades municipales; establecimientos educativos, instituciones intermedias y la comunidad local; quienes acompañaron al intendente Oscar Beilman y a la encargada de la Oficina de Turismo de Jacinto Arauz, María Elena Bertón.
Luego de las palabras a cargo del concejal Juan Manuel Zabala y del diputado Forte, el eubsecretario de Turismo, Santiago Amsé y el intendente Beilman procedieron al descubrimiento de una placa recordatoria y a la colocación de una ofrenda floral. Además, se presentaron un grupo de 40 chicos con guitarras, integrantes del programa Sábados con Actividades Juveniles y Nativos, un conjunto folclórico local.
Posteriormente, se realizó un recorrido por el Museo Histórico del Medico Rural “Dr. René Favaloro” y se visitó la Oficina de Turismo para apreciar la muestra de artesanos de Jacinto Arauz.
El subsecretario de Turismo, Santiago Amsé y el Iniendente Beilman
descubrieron una placa recordatoria y colocaron una ofrenda floral.
Al cumplirse diez años de su desaparición física, recordamos su historia y su legado…“ Proceder con honestidad en aras de la dignidad del hombre es el compromiso más trascendente en nuestro corto paso por este mundo”
Un poco de Historia
La fuerte crisis económica y política que vivía el país en 2000, sumado a los problemas económicos de la Fundación Favaloro, hicieron que el prestigioso médico pidiera desesperadamente ayuda, sin encontrar respuestas.
Envió una carta al entonces presidente Fernando de la Rúa, donde describió la desigual lucha que lo enfrentaba, apuntó sus duras críticas a la obra social de los jubilados pero expresó que el país necesitaba de su muerte para tomar conciencia por la situación que atravesaba.
El médico nació y se crió en el barrio El Mondongo de la ciudad de La Plata, donde desarrolló su amor por el fútbol y por Gimnasia y Esgrima, club del que se hizo un hincha fanático.
Al finalizar sus estudios secundarios ingresó en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata y en su tercer año comenzó las concurrencias al Hospital Policlínico donde reafirmó su vocación al tomar contacto por primera vez con los pacientes.
En 1950 se trasladó a Jacinto Arauz, donde reemplazó al único médico que atendía la población. Al poco tiempo se sumó su hermano, Juan José.
Durante esos años, los hermanos Favaloro, crearon y trabajaron en un centro asistencial y lograron que casi desapareciera la mortalidad infantil de la zona, redujeron las infecciones en los partos y la desnutrición y organizaron un banco de sangre.
Más tarde, impactado con las primeras intervenciones cardiovasculares hicieron nacer en él el entusiasmo por la cirugía torácica y la idea de viajar a los Estados Unidos para hacer una especialización que realizó en la "Cleveland Clinic", donde se trasladó para trabajar primero como residente y luego como miembro del equipo de cirugía.
Los presentes realizaron un recorrido por el Museo Histórico del Medico Rural “Dr. René Favaloro” y se visitó la Oficina de Turismo para apreciar la muestra de artesanos de Jacinto Arauz.
Acorralado por las deudas de su Fundación, se quitó la vida con un disparo en el corazón, el 29 de julio de 2000, en su departamento de Capital Federal, a los 77 años, dejando un escrito: "Es indudable que ser honesto en nuestra sociedad corrupta tiene un precio. A la larga o a la corta te la hacen pagar".
Sus cenizas fueron esparcidas en el predio de Monte Pena, situado a unos 20 kilómetros de Arauz. Este predio era visitado asiduamente por el médico, sus familiares y amigos, cuando necesitaba descanso interior.
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