El grotesco es algo más
que una suave ironía,
es la negación abierta de
lo normal y lo cierto
C.B
A veces una crítica dura adquiere el valor de una sentencia judicial
Querer lo que se estima permite justipreciar su tenencia, ponderándola positivamente. Desestimar y menospreciar cosas, según como se las emplee, puede humillar o desairar a otros sectores.
El apreciar conductas es otorgar una escala de valores a las personas y a los hechos que se producen
No hay dudas de que estas situaciones pueden hacer perder su precio original y llevarnos a un desprecio de objetos ponderados en distintos lapsos de manera diferente. Esto nos puede conducir a un deprecio de bienes e imágenes propios y ajenos
Lo dicho puede considerarse, o no, un juego de palabras, si la aplicación conceptual no es medida de la misma manera por todos los interlocutores. Apreciar implica subir los costos de ciertos bienes y servicios, o aumentar la tarifa de ellos haciendo jugar especulativamente el concepto de oferta y demanda. Depreciar lleva a la baja de precios, y despreciar hace que nada valga la pena
Abaratar puede aparentar ser una baja de costos, o una forma engañosa de disminuir la calidad.
Los balances empresarios tienen sus errores, como así también sus trampitas, que al volverse crónicas son trampas económicamente mortales, que se transforman o trasmiten como epidemias y que llevan la denominación vulgar de crisis.
Lo mismo puede suceder con los balances de un municipio, provincia o región, aunque lleven la denominación de presupuestos estatales. Las falsías e irregularidades en algunos casos son disfraces disimulados y en otros grotescos insolentes que ofenden moral e intelectualmente al público.
Las estafas y defraudaciones, porque sean habituales, no implican que deban aceptarse como normales, y por ende no punibles legalmente como tentativas
Provocar cosquillas puede ser tan divertido como peligroso para las partes, actoras o receptoras de ellas
Las cosquillas políticas nos pueden hacer morir de risa, o de bronca, si perdemos el control del entorno.
Carlos Besanson |