¿Se puede hablar de una arquitectura latinoamericana? Para comenzar, debemos dividir aquello que llamamos “contemporáneo” de aquello ligado al pasado. Las arquitecturas regionales que pueden considerarse significativas han dejado de existir. Hoy un edificio en Santiago de Chile, puede ser el mismo edificio en Buenos Aires, San Pablo o Bogotá.
Eso no significa que no se trabaje con materiales locales, de una manera arraigada a lo que hubo. Como una continuidad histórica llevada a una arquitectura de una escala respetando el pasado, no modificando el paisaje urbano. Eso ta mbién existe, el deseo de generar nuevos usos para construcciones históricas, preservar patrimonio. Porque es claro que el patrimonio latinoamericano no es el mismo que en Estocolmo.
En todos los países hay buenos arquitectos, lo que sucede es que no tienen la misma oportunidad. El arquitecto que potencia en Estados Unidos tiene 10 ejemplos para mostrar y en América Latina puede tener uno o dos. Hoy en día se está haciendo muy buena arquitectura en Chile, en Colombia también. ¿Qué significa buena arquitectura? Que haya una propuesta, que esté pensada, analizada. La buena arquitectura, entonces, a veces está relacionada con las inversiones que se hagan. Si hay inversión, Latinoamérica tiene profesionales excelentes para desarrollar una buena arquitectura regional.
Hoy, en cualquier país del continente tenemos edificios que cumplen con los estándares internacionales. En Argentina, el edificio de YPF podría ser un ejemplo. Sin embargo, hay que tener presente que en el primer mundo también se construye mal. Porque si de parámetros internacionales significa, hablar del espantoso deterioro que hay en las costas de Francia o España, eso es una vergüenza. O si pusiéramos de ejemplo a Estados Unidos hay que saber que entre el este y el oeste hay un enorme territorio en el medio donde no todo es innovación. Los arquitectos más prestigiosos trabajan en todo el mundo, y son los clientes que a través de sus inversiones los que, en tal caso, transforman la arquitectura de un lugar.

Por ejemplo, el célebre arquitecto Le Corbusier trabajó muy poco pero tuvo una influencia enorme en las corrientes modernas. Profesionales como él son los que marcan tendencia, que van trabajando en diferentes ciudades. Hay ciudades que son fuertes porque la naturaleza fue muy cuidada como Vancouver, una ciudad con mucha costa del pacífico, una hermosa penetración del océano en la ciudad, aunque tiene construcciones buenas y malas. La naturaleza es tan presente, que es difícil de destruir, es muy potente el entorno. Y eso potencia el trabajo arquitectónico del lugar.
¿Cuáles son los mercados más potentes? Todo depende de lo que se esté midiendo. Brasil sobresale por la potencia económica, por la constante búsqueda de soluciones habitaciones para un grueso importante de la población. Tiene un potencial de construcción que lo configura como el mercado más potente de América Latina. Sin embargo, eso no se condice con calidad arquitectónica: como en todos lados, hay edificios muy buenos y hay otros muy malos.
Uno no habla de Curitiba como una ciudad “potente”. Sin embargo, ha hecho una transformación en sus sistemas viales y de transporte público que hoy, profesionales de todo el mundo aterrizan en esa ciudad para ver como lo resolvieron.
La realidad es que Latinoamérica es un potencial reservorio que tiene el mundo. Tiene riqueza en el suelo, amabilidad para recibir gente, algunas ciudades tienen un escenario natural privilegiado. Es un territorio con atractivos de todo tipo. Estoy convencido que se puede esperar mucho de América latina.

Colaboración:
Arq. Jorge Aslan,
Aslan y Ezcurra y asoc.
www.aslanyezcurra.com.ar