La casa histórica de Tucumán se construyó en 1760. Pertenecía a una importante familia local, la de Francisca Bazán, esposa de Miguel Laguna. En 1941 fue declarada monumento histórico y actualmente funciona como museo.
El Día de la Independencia de la Argentina se celebra el 9 de julio en conmemoración a la firma de la Declaración de Independencia del país, que se llevó a cabo ese día en 1816 en la casa de Francisca Bazán de Laguna, hoy tradicionalmente conocida como la Casita de Tucumán.
El Congreso de Tucumán significó la ruptura definitiva de los vínculos de dependencia política con la corona española y al mismo tiempo, la renuncia a toda dominación extranjera.
La situación militar en ese invierno austral de 1816 era dramática. Las Provincias Unidas habían sido derrotadas un año antes por las fuerzas leales a España: ocurrió en Sipe-Sipe, actual Bolivia. Mientras que José María Morelos y Pavón, en México, fue capturado fusilado y Simón Bolívar, en Venezuela, también resultó superado por los realistas, entre otros reveses de los independentistas.
En marzo de 1816 las Provincias Unidas convocaron, en este contexto, un congreso en la ciudad de San Miguel de Tucumán.
En el Congreso de Tucumán se discutió el futuro del país, y especialmente su posible independencia del Reino de España, una decisión postergada por muchos años de guerra, a pesar de que Colombia y Venezuela, entre otros, ya habían proclamado -pero no consolidado- sus propias independencias.
Todo lo que pasó el 9 de julio de 1816
Ese día, 29 diputados se reunieron en San Miguel de Tucumán para concluir el proceso emancipador comenzado en mayo de 1810. La historia nos reseña que en la famosa "Casita de Tucumán" fue declarada la Independencia Argentina, significando la ruptura con la corona española y la renuncia a toda dominación extranjera.
Ese año convergieron dos hechos fundamentales para la historia nacional: la declaración de la Independencia y la organización final del plan continental del general José de San Martín, que sería el garante de esa independencia y la llevaría más allá de las Provincias Unidas.
El contexto internacional en el que esto ocurría era complejo: España se había liberado de los franceses y el rey Fernando VII había vuelto al trono y se predisponía a recuperar los territorios americanos que estaban en manos de los revolucionarios. El ejército realista había comenzado a avanzar por toda la región derrotando a una parte de los movimientos independentistas americanos.
Ante esa situación, las Provincias Unidas se juntaron para decidir qué hacer frente al peligro realista. El Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas en Suramérica se reunió en San Miguel de Tucumán para limar asperezas entre Buenos Aires y las provincias, pues sus relaciones estaban deterioradas.
Cada provincia eligió un diputado cada 15.000 habitantes
Las sesiones del Congreso se iniciaron el 24 de marzo de 1816 con la presencia de 33 diputados de los 34 elegidos. Finalmente, y después de arduas discusiones, el 9 de julio de 1816 los representantes firmaron la declaración de la Independencia de las Provincias Unidas en Suramérica y la afirmación de la voluntad de “investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli” y “de toda otra dominación extranjera”. De este modo, después del proceso político iniciado con la Revolución de Mayo de 1810, se asumió por primera vez una manifiesta voluntad de emancipación.
La Casa Histórica de la Independencia
La casa histórica de Tucumán se construyó en 1760. Pertenecía a una importante familia local, la de Francisca Bazán, esposa de Miguel Laguna. Era una casa con varias habitaciones, patios que las conectaban y su único ornamento eran unas columnas salomónicas ubicadas a los costados de la puerta principal.
Después de ser sede del Congreso donde se declaró la Independencia, fue alquilada para la imprenta del ejército, el servicio de Telégrafo y el Juzgado Federal. En 1869, el fotógrafo Ángel Paganelli, que visitaba la ciudad de San Miguel de Tucumán, registró el deterioro del edificio a solicitud de un grupo de vecinos para llamar la atención de las autoridades en pos de la conservación.
En 1904, el gobierno la restauró pero debido a su pésimo estado tuvo que demoler gran parte de la vieja casa. La única parte que fue salvada fue el Salón de la Jura de la Independencia. La reconstrucción intentó ajustarse al máximo en cada detalle del edificio original utilizando, incluso, los mismos tipos de ladrillos, tejas y baldosas.
En 1941 fue declarada monumento histórico. Actualmente funciona como museo y es centro tradicional de los festejos por la Declaración de la Independencia. Allí cada día 9, el Liceo Militar “General Aráoz de Lamadrid” realiza el relevo de guardia en el Museo de la Casa Histórica de la Independencia.
Con la intención de resaltar las tradiciones de nuestro pasado, los soldados del Liceo Militar, con el uniforme del Regimiento de Infantería de Montaña 10 y acompañados por la Banda Militar “Sargento Primero Pedro Bustamante” del Instituto, realizan esta ceremonia. De esta forma, el Ejército Argentino junto al pueblo tucumano recuerdan el pasado y mantienen custodiada la histórica vivienda donde se juró y se proclamó nuestra Independencia aquel 9 de julio de 1816.
La Proclama de la Independencia
Mientras preparaba en Cuyo al Ejército que cruzaría Los Andes, San Martín se mostraba impaciente para que el Congreso reunido en Tucumán proclamara la Independencia.
En una de las cartas enviada a uno de los congresales, el representante de Cuyo, Tomás Godoy Cruz, escribía: "¿Hasta cuándo esperamos para declarar la Independencia? ¿No le parece a usted una cosa bien ridícula acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional, y por último hacer la guerra al soberano de quien en el día se cree dependemos?". Y concluía: "Veamos claro, mi amigo, si no se hace, el Congreso es nulo en todas sus partes, porque reasumiendo este la Soberanía, es una usurpación que se hace al que se cree verdadero, es decir a Fernandito".
El contexto era sumamente complejo, los realistas habían recuperado amplios territorios en América, entre ellos, Chile y buena parte del Alto Perú, lo que constituía toda una amenaza para las Provincias Unidas. En Europa, se asistía a la restauración de las monarquías; en la Banda Oriental, podía constatarse el avance portugués; y en el plano interno, las relaciones entre el gobierno central y el litoral estaban quebradas. Asimismo, las relaciones entre Buenos Aires y provincias que participaban del Congreso no estaban exentas de tensiones.
Finalmente, el acta de la Independencia se firmó el 9 de julio de 1816, donde prevaleció una postura que representaba el mandato de la mayoría de las provincias: investir a las Provincias Unidas del "alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli".
Quedaba expresamente rechazada toda fórmula intermedia que habilitara algún tipo de protectorado. Se trató, pues, de una manifestación clara, acorde con el pedido de San Martín, de declarar la Independencia absoluta de las Provincias Unidas respecto a la corona española y "de toda otra dominación extranjera", según la fórmula agregada a la proclama días después en las siguientes sesiones del Congreso. La proclama se publicó en español, en quechua y aymará con el fin de incorporar al proceso a los pueblos originarios.
Los Diputados
Los 29 diputados del Congreso de Tucumán que suscribieron el acta de Independencia declarada por el Congreso de las Provincias Unidas en Sud América fueron:
-Presidente: Francisco Narciso de Laprida, diputado por San Juan.
-Vicepresidente: Mariano Boedo, diputado por Salta.
-Secretarios: José Mariano Serrano, diputado por Charcas y Juan José Paso, diputado por Buenos Aires.
Diputados:
- Por Buenos Aires: Dr. Antonio Sáenz, Dr. José Darragueira, Fray Cayetano José Rodríguez, Dr. Pedro Medrano, Dr. Esteban Agustín Gascón y Dr. Tomás Manuel de Anchorena.
- Por Catamarca: Dr. Manuel Antonio Acevedo y Dr. José Eusebio Colombres.
- Por Córdoba: Eduardo Pérez Bulnes, José Antonio Cabrera y Lic. Jerónimo Salguero de Cabrera y Cabrera.
- Por Jujuy: Dr. Teodoro Sánchez de Bustamante.
- Por La Rioja: Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros.
- Por Mendoza: Tomás Godoy Cruz y Dr. Juan Agustín Maza.
- Por Salta: Dr. José Ignacio de Gorriti.
- Por San Juan: Fray Justo Santa María de Oro.
- Por Santiago del Estero: Pedro Francisco de Uriarte y Pedro León Gallo.
- Por Tucumán: Dr. Pedro Miguel Aráoz y Dr. José Ignacio Thames.
- Por Mizque: Pedro Ignacio Rivera.
- Por Charcas: Dr. Mariano Sánchez de Loria y Dr. José Severo Malabia.
- Por Chichas (incluyendo a Tarija): Dr. José Andrés Pacheco de Melo.
En esa sesión no estuvieron presentes cinco diputados:
-El coronel José Moldes (Salta), que se encontraba detenido
-El coronel Juan José Feliciano Fernández Campero (Chichas), que estaba al mando de tropas en el frente de combate.
-El presbítero Miguel Calixto del Corro (Córdoba), que estaba realizando una misión diplomática ante José Artigas.
-El médico Pedro Buenaventura Carrasco (Cochabamba), que estaba en servicio en el Ejército del Norte.
-El diputado Juan Martín de Pueyrredón (San Luis), que había viajado a Buenos Aires para asumir el cargo de Director Supremo.
En 1826: República Argentina
Tras la declaración, comenzó una nueva fase en la Guerra de Independencia Argentina y en los conflictos emancipatorios en toda América, y con el tiempo declararían su independencia Chile (1818), Perú (1821), México (1821), Ecuador (1822) y Bolivia (1825), entre otros.
Así, el general José de San Martín, el principal líder militar de las Provincias Unidas, cruzó la cordillera de los Andes en enero de 1817 y derrotó a los realistas en Chile. Luego las tropas argentinas y chilenas desembarcaron en Perú en 1820, y en 1822 tuvo lugar en Guayaquil el famoso encuentro entre San Martín y Simón Bolívar.
La Guerra de Independencia Argentina culminó en 1824 con la victoria de los patriotas, y las Provincias Unidas del Río de la Plata cambiaron su nombre al de República Argentina en la Constitución de 1826.