Punta Arenas, en Chile, dicen los chilenos que es la “ciudad continental” más austral del mundo, un slogan que plantea competencia turística con Ushuaia, por que esta última está ubicada en una “isla” y no en el continente, es decir en verdad, en la parte oriental de la Isla Grande de Tierra del Fuego, Argentina.
A tal punto se rivaliza binacionalmente en estas cuestiones que atraen turistas de todo el planeta, que Chile tiene como plan estratégico turístico, posicionar a la pequeña localidad de Puerto Williams -ubicada frente a Ushuaia, Canal de Beagle de por medio y por lo tanto, más al Sur-, como un asentamiento poblacional importante, alentando la radicación de más familias y emprendimientos comerciales, que de tomar el volúmen deseado, convertiría al pueblo en ciudad y asi podría desbancar a Ushuaia de su título internacional de la “ciudad más austral del mundo”.
Prepare su vehículo apropiadamente y enfile a Ushuaia, pero sin dejar de visitar antes Punta Arenas, en Chile. En semejante viaje, es apenas un pequeño desvío luego de trasponer el paso fronterizo Integración Austral, que colmará su espíritu aventurero.
La colorida Punta Arenas -al igual como sucede entre Ushuaia y Buenos Aires-, se encuentra a unos tres mil kilómetros al sur de distancia de la capital de su país, Santiago de Chile.
Esta coqueta ciudad es el centro urbano más importante de la región Magallánica. Su desarrollo comercial, cultural y social a lo largo de los últimos años ha consolidado su importancia. Su ubicación a orillas del Estrecho de Magallanes, en la península de Brunswich, le da un aire marino único que la vuelve paradisíaca a lo largo de sus calles, colinas y puerto.
La plaza Muñoz Gamero con su escultura en memoria del descubrimiento del Estrecho de Magallanes, es cita obligada para adquirir artesanías regionales y la Zona Franca además, hace que los visitantes pueden adquirir productos de todas partes del mundo favorecidos por la nulidad de gravámenes impositivos.
Buena comida
La gastronomía chilena más arraigada, dice que “todo bicho que camina va a parar al asador” y también cualquiera que nade... y a veces ni por el asador pasa y se los comen crudos.
Es costumbre del habitante del Chile costero, el consumo de frutos de mar apenas marinados con limón y sal, prácticamente en estado natural. Los organismos de salud chilenos, recalcan en zonas portuarias donde abundan restaurantes típicos, a que se exija que pescados y mariscos sean cocidos o hervidos antes de consumirlos, para evitar problemas de salud. No obstante, en las ferias los vendedores invitan a probar de todo y a veces, alguna de las comidas “aún se mueven”...
Lo cierto es que la gastronomía chilena es excelente y especies como el ñandú, el castor y el caiquén (ganso magallánico), forman parte del menú austral, junto con el clásico cordero, lo que más abunda en la zona entre los que caminan por la tierra.
Por el lado del mar, recordemos que Chile es uno de los países con mayor variedad de fauna marina en el mundo. Entre los mariscos se destacan las almejas, ostras, ostiones, piures, picorocos y erizos. Las preciadas langostas y jaibas (una especie de cangrejo), junto a infinidad de pescados, dejan un abanico abierto a especialidades culinarias que tienen en la cocción del “curanto”, su máxima expresión.
Seno Otway
Si viaja a Punta Arenas de octubre a marzo (la mejor época para ir), un lugar a visitar es a la pingüinera Seno Otway, con 60 mil colonias de Pingüinos Magallánicos, donde podrá observarlos tan de cerca que a veces se dejan tocar -aunque no está permitido-.
Sorprendentes especies de pingüinos se instalan en el lugar para nidificar, siendo posible disfrutar del panorama en el hábitat natural de estas aves magallánicas que emigran luego de cuatro meses desde el momento de incubación de los huevos.
Los alrededores de Punta Arenas, ofrece interesantes paseos guiados muy recomendables, como la navegación por las islas Magdalena y Santa Marta, donde se encuentra un importante apostadero de lobos marinos y otra colonia pingüinera.
Cruzando el estrecho
Un viaje para agendar a nuestros recorridos de aventura en nuestro vehículo -pero sin ningún riesgo-, es cruzar el Estrecho de Magallanes en ferry, para emprender camino a Ushuaia (subir al barco con tanque lleno).
Son aproximadamente 2 horas y 20 minutos de navegación -en un barco con buena comodidad, calefacción, servicio de bar, etc.-, hasta Puerto Porvenir, pequeña localidad desde donde se accede tras 142 km de ripio en buen estado, al Paso Fronterizo de San Sebastián, en un recorrido excepcional por su paisaje desolado y a la vez, sumamente atractivo.
Tras el ingreso a Argentina, la Ruta Nacional Nº 3, nos lleva hacia Río Grande, Tolhuin y Ushuaia, que es motivo para otra nota.