Remontándonos en la historia de la Medicina Veterinaria Argentina, fue un 6 de agosto de 1883 cuando se iniciaron los cursos en el Instituto Agronómico Veterinario de Santa Catalina, creado por el gobierno de Buenos Aires, bajo la gobernación del Dr. Dardo Rocha, y el que se constituiría en la primera escuela de estudios superiores de Veterinaria del país.
Si bien éste hecho histórico pasó inadvertido en su momento, el país dispensaba poca atención a los estudios relacionados con el campo, se recuperó dicha fecha para celebrar todos los años, el día del Médico Veterinario, honor que compartimos con los Ingenieros Agrónomos.
Tuvieron que pasar varios años para generar conciencia, de la necesidad de dar impulso a la educación agropecuaria, lo que ocurre a fines del siglo XIX, tal es así que en 1988, se creó el Ministerio de Agricultura de la Nación, cartera que fundó, en el término de seis años, ocho Escuelas Prácticas de Agricultura y Ganadería, sentando con firmeza, las bases de lo que sería, de ahí en más y sin retrocesos, la evolución científico-tecnológica de la enseñanza de la Medicina Veterinaria en el país.
Cada año en que conmemoramos la creación de los estudios agronómicos y veterinarios en nuestro país, es un motivo para detenernos a mirar el pasado, evaluar los logros obtenidos y vislumbrar nuestra visión en el futuro.
La Pampa, un territorio con un gran potencial ganadero, requirió de nuestra profesión y nos pusimos al servicio integral de la región, contribuyendo así al bienestar de las personas y del país. Hoy, vemos a nuestros profesionales brindando estrategias para la solución de nuevos problemas, adaptando conocimientos de otras regiones, desarrollando nuevas tecnologías y participando activamente con carácter protagónico en organizaciones gubernamentales y no gubernamentales atendiendo problemas propios de las Ciencias Veterinarias y del conjunto social, los que nos permite apreciar el avance intelectual de nuestros colegas.
No sin sorpresa, frente a esta mirada, estamos ante una nueva interpretación de las Ciencias Veterinarias. Creemos que el Médico Veterinario ha cumplido con creces, y lo sigue haciendo, su misión de prevenir y curar las enfermedades de los animales, de proteger la salud humana de las enfermedades transmisibles por los animales y sus productos y de mejorar la producción animal mediante la aplicación de reglas zootécnicas para optimizar los recursos productivos de la empresa agropecuaria.
Ésta era la misión de nuestros primeros colegas que comenzaron a ejercer la profesión en la Provincia.
Hoy, la sociedad nos ha dado un rol en la conservación del ecosistema con el cuidado permanente del entorno de hombres y animales, en este aspecto nuestros profesionales se adaptaron y están propiciando el trabajo interdisciplinario en temáticas regionales de alcance mundial. Esta necesidad de formación de redes de saberes es otra característica actual de los Médicos Veterinarios que mantenían una fuerte tradición de trabajo individual.
Actualmente, nos encontramos acompañando avances en el bienestar animal, en la calidad y trazabilidad de productos, en la gestión ambiental para lograr una producción mayor y más sana, en la conservación de la biodiversidad y en la prevención de la contaminación ambiental. Estos avances generan un espacio de valores que garantizan una armonía entre los seres y mayor respeto por la vida, elementos que nos han permitido poner en claro cuales son los efectos de nuestros actos sobre quienes nos rodean.
También es evidente el avance establecido en relación con el entorno cultural. La acción de las Ciencias Veterinarias siempre estuvieron puestas al servicio del hombre, pero hoy existe una mayor interacción, participación y discusión de los problemas lo que ha contribuido tanto al desarrollo productivo como al sociocultural.
Colaboración: Dirección de Prensa y Difusión, Facultad de Ciencias Veterinarias, UNLPam.