El jueves 13 de julio es el “Día del Trabajador de la Energía Eléctrica”, celebrado en recuerdo a la creación de la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza (FATLyF), constituida el 13 de julio de 1948 con la participación de 29 organizaciones gremiales.
La fecha fue instituida un año después, en agosto de 1949, cuando la entidad federativa consigue la personería gremial Nro. 130 y sesiona el primer congreso ordinario en la ciudad de Rosario.
El 31 de agosto de ese año firman el primer Convenio Colectivo de Trabajo de alcance nacional con el sector eléctrico y se instituye la efeméride mencionada.
Para dejar de pagar recibos de la luz abultados, hay que tener en cuenta algunas recomendaciones sencillas:
-Aíslá tu casa: Para conseguir un consumo eficiente es importante que controles las posibles fugas de aire que haya en ventanas, puertas, e incluso alrededor de extractores o conductos de ventilación (usá burletes).
-Reemplazá las bombillas: Lo ideal es tener bombillas de bajo consumo o led. Es una inversión que se amortiza rápidamente. Un cambio simple y de gran ahorro.
-Desenchufá!!: Apagá todo aquello que consuma energía cuando no lo estés usando. No vas a desenchufar la heladera, está claro, pero sí podés hacerlo con la pantalla de la compu o el televisor cuando te vas a dormir.
En portátiles y otros dispositivos eléctricos, utiliza el modo suspensión y ellos solos se apagarán por completo cuando no los toques durante un rato.
-Date duchas cortas: Sí, el chorro de agua caliente por la cabeza es relajante, pero no deberías tardar en ducharte más de 7 minutos.
Dejarte llevar por las sensaciones agradables y tardar 20 minutos se puede traducir en cientos de pesos al año.
-Apagá las luces: Procurá hacer un recorrido por tu casa para asegurarte de que están apagadas todas las luces que no sean necesarias y, por supuesto, siempre que salgas de una habitación y se quede vacía, dejala a oscuras.
-Lavá con agua fría: Los detergentes modernos están formulados para quitar la suciedad y las manchas aceitosas de la ropa incluso en agua fría. Además, a estas temperaturas cuidarás mejor los tejidos y los colores de las prendas aguantarán más tiempo.
-Bajá el termo o calefón: A menudo, los fabricantes establecen la temperatura media del agua en unos 60 grados centígrados, que es lo suficientemente caliente como para que te quemes, así como dañino para las tuberías. Bajando la temperatura a unos 40 grados y regulándola con agua fría para lavar o ducharte, notarás como ahorrás energía y dinero.
-No calientes ni enfríes la casa cuando esté vacía: A todos nos gusta llegar a casa y que esté a la temperatura ideal, pero dejar la calefacción encendida o el aire puesto durante horas si no vamos a estar es una de las formas más comunes de desperdiciar energía y malgastar una gran cantidad de dinero.
En todo, asesorate con tu electricista de confianza.