El 1º de diciembre se festeja en todo el continente el Día Panamericano de la Farmacia, recordando el primer congreso de la profesión, realizado en Cuba en 1948.
En ese año, en La Habana, profesionales de las tres Américas se reunieron para delinear los fundamentos de la profesión, por lo que la fecha quedó marcada a fuego en el sector. Desde ese encuentro, el continente festeja su día panamericano, cada año con nuevos desafíos en el horizonte.
En estos años, las farmacias y farmacéuticos se encuentran ante enormes desafíos en materia profesional. El avance de las grandes cadenas y el modelo anglosajón en el continente es inocultable, donde los nuevos hábitos publicitarios hacen que los consumidores compren artículos relacionados con la salud en quioscos y supermercados.
Un poco de historia
En sus orígenes, allá por los tiempos de la civilización egipcia, la actividad farmacéutica estaba ligada tan íntimamente al ejercicio de la medicina que la preparación de las drogas corría a cargo de la misma persona que diagnosticaba y suministraba los tratamientos. Con el correr de los siglos surgieron las boticas y los boticarios, con sus recetas magistrales y locales rebosantes de todo tipo de preparados, desde mandrágora a animales embalsamados, hierbas, azufre, pócimas, almizcle, morteros, balanzas y redomas.
La copa de Higía: símbolo ancestral de la Farmacia
El símbolo tiene su origen en la diosa griega Higía, hija del dios de la medicina Esculapio y hermana de Panacea, la diosa de la curación. Higia, la diosa de la salud y de la higiene, recibió de su padre el encargo de preparar los remedios que él empleaba. La copa es el receptáculo adecuado y condigno del poder curador, y contiene drogas potencialmente activas.
La serpiente sagrada es la que va a infundirle la dynamis, la virtus que transforma la posis (bebida) en pharmakon (el medicamento).