Recientemente se conmemoró el Día Mundial de la Hipertensión, con el objetivo de promover la concienciación para prevenir, diagnosticar y controlar esta enfermedad, que sigue siendo la principal causa de muerte en el mundo y el principal factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares. Al respecto, el doctor Miguel Sangiovanni señaló que “La hipertensión arterial no es una enfermedad que aumente el riesgo de la infección por COVID 19”.
El doctor Miguel Sangiovanni, Médico Clínico con Máster en Hipertensión Arterial y Mecánica Vascular de DIM Centros de Salud explica que la hipertensión arterial no es una enfermedad que aumente el riesgo de infección por COVID 19, pero debe ser controlada para evitar complicaciones que ponen en riesgo la salud y calidad de vida de las personas.
La Hipertensión Arterial no se puede curar pero se puede prevenir, tratar y controlar para mantener las cifras en valores seguros. Un documento conjunto entre la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) y la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) indica que hasta el momento no existe una evidencia clara de que la hipertensión arterial o la insuficiencia cardíaca ‘per se’ estén relacionadas a un mayor riesgo de infección por COVID -19. Sin embargo, es sumamente importante mejorar el estilo de vida para prevenir infartos cardíacos, accidentes cerebrovasculares, deterioro cognitivo, insuficiencia renal, trastornos visuales, entre otras complicaciones.
Controlar la presión
“La hipertensión arterial no es una enfermedad que aumente el riesgo de la infección por COVID 19, como tampoco hay relación con la farmacología utilizada. En muchos casos, la hipertensión se asocia a obesidad, diabetes y tabaquismo como factores de riesgo, siendo estos tres últimos susceptibles a incrementar el riesgo de complicación por infección por COVID-19. La presión arterial alta tanto en este (pandemia) como en cualquier contexto, debe ser controlada ya que es el primer predictor de eventos isquémicos cerebrales y favorecedor de enfermedades relacionadas a patologías coronarias y renales, entre otras”, explicó el doctor Sangiovanni. El mismo profesional informó que 5 de cada 10 personas son hipertensas. Solo la mitad sabe que lo es. La mitad está tratada y solo un 12,5% está bien controlada. “Es asintomática. Solo se detecta tomando la presión periódicamente. Y al estar muy relacionada con cambiar hábitos, hace difícil la adherencia plena del paciente al tratamiento”.
¿Cómo reducir el riesgo de hipertensión?
El especialista de DIM Centros de Salud indicó que es importante cambiar el estilo de vida, es decir, reducción de ingesta de sodio en la dieta, control de la obesidad, mejorar la actividad física, abandono del tabaco y realizar controles médicos periódicos permitirá establecer a tiempo la necesidad de uso de fármacos para su control, o incluso reducción de la enfermedad.
“Tengamos en cuenta que la hipertensión arterial no es curable, es controlable salvo en un 10% (especialmente en población joven) a quienes detectándose ciertas patologías determinadas puede ser curada, siempre de manera precoz. En ese caso se llama hipertensión 2º, es decir, debida a una enfermedad relacionada, por ejemplo feocromocitoma, hipercortisolismo, enfermedad renovascular congénita, tiroidea, etc.”
¿En qué medida favorece al paciente una dieta baja en sal?
Para Sangiovanni el organismo no está adaptado a la sobrecarga de sal. “Por ello esta cuestión culinaria cultural hace tan prevalente la hipertensión arterial extendida a oriente al occidentalizarse sus costumbres y hábitos”.
Reducir la ingesta de sal en general es la clave para los pacientes hipertensos, ya que el consumo en exceso por años predispone al inicio de esta enfermedad y aumenta el riesgo cardiovascular. El Máster en Hipertensión Arterial y Mecánica Vascular de DIM Centros de Salud propone:
1. Para los adultos: la OMS recomienda consumir menos de 5 gramos (un poco menos que una cuchara de té) de sal por día.
2. Para los niños: la OMS recomienda ajustar a la baja, para los niños de 2 a 15 años, la ingesta máxima recomendada para los adultos en función de las necesidades energéticas en relación con las de los adultos. Esta recomendación no comprende el periodo de lactancia natural exclusiva (de 0 a 6 meses), ni el de la alimentación complementaria de la lactancia natural (de 6 a 24 meses).
Tener en cuenta que el sodio es un mineral que carece de sabor y aroma y es utilizado por la industria como conservante en productos envasados, gaseosa y panadería entre otros.
Cualquier otro condimento no tiene injerencia en la presión arterial por lo que pueden ser usados libremente.
Asimismo, es sumamente importante cuidar la dieta, ya que “al bajar de peso los obesos mejoran absolutamente el control de los valores de hipertensión requiriendo, en muchos casos, reducir dosis y drogas antihipertensivas”.
La grasa abdominal, es un órgano endocrino productor de sustancias que favorecen la hipertensión arterial. Su reducción con alimentación adecuada y ejercicio aeróbico mejoran notoriamente los registros de presión arterial.
Por el Dr. Miguel Carlos Sangiovanni - Médico Clínico con Máster en Hipertensión Arterial y Mecánica Vascular de DIM Centros de Salud M.N. 78.412 – M.P. 222789