Semanario REGION®

Del 1 al 7 de junio de 2018 - Nº 1.318 - Año 28 - INPI 1983083

El chico que se hizo grande y sigue jugando a lo que le gusta...

Foto

Pintado a mano por María Noel Amela - @loliamela - inspirada en una creación del ilustrador indonesio Wedha Abdul Rashid.
WPAP son las siglas de Wedha’s Pop Art Portrait o Retrato Pop de Wedha. Wedha Abdul Rashid es el nombre de un conocido ilustrador de Indonesia quien comenzó su brillante carrera artística en la década de los 70. Sus pinceles han retratado cientos de personalidades ( políticos, músicos, artistas,etc.) En los años 90 Wedha comenzó a realizar retratos con un estilo muy característico, retratos creados mediante formas líneales simples y colores fuertes, inspirados por el arte de estilo cubista. Ya en el año 2000, Wedha dió el salto a las herramientas digitales y continuó perfeccionando su particular estilo con software de dibujo vectorial. Desde entonces sus obras han inspirado a miles de artistas, primero de Indonesia y ahora en todo el mundo.

Lionel Andrés Messi Cuccittini, rosarino con doble nacionalidad (argentina y española), no solo se destaca en su vida por la habilidad propia para desarrollar su faceta deportiva, sino por haber podido recuperarse de una enfermedad muy dura que le detectaron a los 9 años: Deficiencia en la Hormona del Crecimiento.

La etapa de su niñez fue muy difícil -no solo para él que a muy temprana edad, mientras se las rebuscaba para completar la escuela primaria, tuvo que aprender a autoinyectarse medicamentos diariamente en las piernas, noche tras noche antes de acostarse a dormir-, sino también para su familia a la que se le fue haciendo imposible afrontar los 1.500 dólares al mes que costaba el tratamiento en nuestro país. Su papá era obrero metalúrgico en una conocida fábrica de acero. Su mamá trabajaba en un taller de bobinas magnéticas y en ocasiones limpiaba casas para completar los ingresos, en un hogar con 4 hijos.

Cuando Jorge Messi -el papá de Lionel- se enteró que el seguro médico laboral no le cubriría más el tratamiento de crecimiento de su hijo pequeño -un talentoso con el balón de fútbol-, movió todas sus fichas para encontrar la solución.
Acudió ante el Departamento de Salud de su tierra, Rosario y nada.
Luego, presentó un proyecto a Newell’s, el equipo de su corazón y no hubo manera.
Desesperado, acudió con videos y pruebas de la genialidad del pequeño Messi hasta las oficinas de los millonarios, el club River Plate, pero al fin “decidieron pasar” ante lo riesgoso de invertir en un niño que, aunque parecía de otro planeta, apenas superaba los 10 años y medía un metro con treinta y siete centímetros.

Con las puertas cerradas en su país, Jorge partió rumbo a España para presentar el proyecto al Fútbol Club Barcelona, específicamente a Carles Rexach, el Secretario Técnico del Club, quien quedó sorprendido con lo observado y decidió, en una legendaria servilleta, hacerle su primer contrato a Messi como compromiso del Club para darle seguimiento a su problema y “bancar” a la estrella que supieron ver.

Año 2000: Lionel Messi aterrizó en Barcelona a los 13 años, con una estatura de 1,43 metros.
El endocrinólogo argentino Diego Schwarztein, quien le diagnosticó su enfermedad en 1998, en una oportunidad explicó que si Lionel no hubiera podido hacer la técnica necesaria, aportando de si un gran sacrificio y la fuerza para recuperarse, el astro del fútbol no hubiera sobrepasado la estatura de 1,50 metros.

Pero la idea del Club catalán, tras comprobar “la joya que tenían en su servilleta”, apostó por llevarlo al máximo con el mejor tratamiento a lograr en solo tres años, ya que a los dieciséis -cuando finaliza la etapa del crecimiento- tendrían que detener las inyecciones.
Al final, Lionel alcanzó una altura de 1,69 metros, tras la aplicación de dos inyecciones diarias de la hormona de crecimiento durante tres años consecutivos, costo que afrontó el Club, más la atención del fisioterapeuta Juan José Brau y un equipo de profesionales que acompañaron a Messi, estableciendo nuevos patrones de sueño, de alimentación y de trabajo físico.

En números redondos: solo en inyecciones, el “Barza” invirtió unos 40.000 dólares ó 34.000 euros -unos 1.000 dólares u 852 euros al mes; aproximadamente 37 dólares ó 31,50 euros diarios promedio- en un período de tres años. Jugando con cifras, podríamos decir que cada centímetro de estatura conseguido entre el arribo de “la pulga” a España con 1,43m al 1,69m de estatura del “gigante” deportivo de hoy (4 cms más alto que Maradona), costó 1.540 dólares ó 1.312 euros el centímetro, mas la atención, la contención y el cuidado de un Club y de la familia de Lionel, que no se pude contabilizar en ninguna moneda conocida.

Pienso en la obra social o aseguradora de Argentina que de un día para el otro “le cortaron” la cobertura del tratamiento...
Pienso en el, o los, funcionarios de Salud, vecinos de los Messi, “que no pudieron hacer nada para conseguirle los medicamentos...”.
Pienso en los dirigentes argentinos de los clubes de fútbol que tuvieron la oportunidad de haber tomado “una mejor decisión”...

¿Sabe cómo el FC Barcelona recupera cada centímetro que invirtió en Lionel Messi para su crecimiento físico en estatura?... Respuesta: vendiendo 13 camisetas en su Tienda Deportiva Oficial.
Hoy, si hoy, 1º de junio de 2018, cuando usted está leyendo esta edición del Semanario REGION® y pocos días faltan para ver jugar en el Mundial Rusia 2018 a ese chico rosarino -el de la camiseta con los colores de la selección de un país que miró para otro lado-, le cuento que el “Fútbol Club Barcelona”, cada vez que vende 13 camisetas de fútbol con las letras MESSI, al Club le ingresan 1.300 euros, equivalentes a 1.527 dólares (casi el costo de la inversión por “1 cm de Messi”...).
Tenga en cuenta que el FC Barcelona vende en su Tienda Deportiva Oficial, casi 4 millones de camisetas de fútbol al año. Entre todas, la estampada que dice “MESSI”, es la del jugador que más piden de todo el mundo.

Abreviando: TODA la guita en medicamentos que le costó al Barza este muchacho por bancarlo tres años, la recuperan cada vez que venden 340 camisetas en el kiosco que está antes de ingresar al estadio “Camp Nou”, o en el sitio online en Internet. (Para que le cuento si nos ponemos a suponer lo que el Club -dentro de la porción que le pudiera corresponder- recauda por partido, por transmisiones, por publicidad, por derechos, por... la lista es larga...)

Y ahora entonces me pregunto: Los dirigentes argentinos de los clubes de fútbol que tuvieron la oportunidad de haber tomado “una mejor decisión” y no lo hicieron... ¿qué pensarán?...

Marrrrchen dos Tijeras con fritaaas..., una para Rosario y otra al barrio porteño de Nuñez...!!!