La temporada de piletas y colonias, con largas horas de exposición al agua, al calor y la humedad, cuando nadar y divertirse con el agua es un verdadero placer, es también la época más alta de proliferación para la dolorosa otitis.
La Dra. Lorena Belli, Otorrinolaringóloga de DIM CENTROS DE SALUD (MP 550881 / MN 105300). explica las características de esta afección de oído que afecta hasta el 10% de la población, al menos una vez en su vida. Si bien las personas de cualquier edad pueden tenerla, es mucho más frecuente en niños de entre 5 y 12 años de edad y cinco veces más frecuente en nadadores.
Introducción
La otitis externa es una inflamación que compromete la piel del conducto auditivo externo, generalmente de causa infecciosa. En un 90% de los casos tiene una etiología bacteriana y también puede ser denominada otitis externa difusa u oído del nadador.
Se caracteriza por una inflamación de las células de la piel y subdermis del conducto auditivo externo con inflamación aguda y edema variable. Si bien no se la considera una enfermedad grave, produce una importante molestia, ya que causa mucho dolor y discapacidad transitoria.
Principales causas de contagio
La causa más común de infección es el exceso de humedad atrapado en el conducto auditivo externo que se produce, especialmente en esta época del año, por un mayor contacto con el agua, ya sea en duchas, natación u otros deportes acuáticos, piletas, colonias, termas y climas húmedos.
"A partir de la primavera, la gente se anima y tiene más entusiasmo en salir al aire libre, está más predispuesta a probar nuevos deportes y aventuras. Y, a medida que el calor se hace más intenso, el contacto con el agua es una fuente de frescura que todos desean experimentar. Los chicos terminan las clases y suelen ir a las colonias, las visitas a las piletas de amigos y familiares, clubes y hoteles, termas, ríos y mar. Es un período de significativo aumento en cantidad de casos y consultas", explica la profesional.
De hecho, algunas personas presentan conductos más estrechos y pueden ser más propensos a tener este tipo de afecciones. Otras causas posibles son la limpieza excesiva con elementos no apropiados que generan traumatismos locales.
Diagnóstico y síntomas
Los principales síntomas son de inicio rápido (generalmente en 48 horas) y el primero de ellos es el dolor agudo en el oído, que suele estar acompañado de calor en la zona y dolor al masticar. También puede aparecer hipoacusia o sensación de tener el "oído tapado".
"De hecho, la fiebre es mucho menos frecuente en estos casos que en la otitis media aguda" expresa la Dra. "El examen físico es fundamental para certificar el diagnóstico, aunque a veces se dificulta porque el paciente tiene muy sensible y dolorida la zona y se hace difícil el examen con el otoscopio". Puede o no haber otorrea (presencia y emisión de flujo purulento por el conducto auditivo externo), aunque no es un signo necesario para el diagnóstico.
Tratamiento
Una vez confirmado que se trata de otitis externa, es fundamental indicar antiinflamatorios y calor local para aliviar el dolor. De hecho, la gran mayoría de los casos se resolverán con gotas óticas de antibióticos. Esta terapia debe administrarse dos o tres veces por día y generalmente con tres gotas por vez, según prescripción médica.
En este punto, una clave para una rápida recuperación
es colocar el líquido de forma correcta y dejarlas actuar en la zona por 2 o 3 minutos. En casos de mayor edema de la pared del conducto se indican antibióticos orales. El tratamiento debe mantenerse por 7 a 10 días corridos y se debe evitar mojar el oído.
10 consejos para la prevención de la otitis externa
1. Secar la parte externa del oído y la entrada del conducto al salir del agua.
2. Reducir el tiempo de inmersión, sobre todo en niños.
3. Acudir a la consulta del otorrinolaringólogo en caso de sufrir molestias y síntomas.
4. No aplicar espráis que pueden cambiar el PH de la piel del conducto y reducir sus mecanismos de defensa.
5. Antes de las vacaciones, someterse a una limpieza por parte de un profesional sanitario en caso de predisposición a formar tapones de cera o queratina.
6. Evitar los baños en aguas potencialmente contaminadas.
7. En caso de que el agua quede retenida en el conducto auditivo se pueden aplicar unas gotas de alcohol boricado a saturación preparado en farmacias, y si la infección avanza, será preciso usar antibióticos por vía oral.
8. Si fuera necesario, utilizar un secador de pelo a una distancia prudencial para secar el oído.
9. Usar tapones o gorros de baño para reducir la posibilidad de entrada de agua en los oídos.
10. No usar hisopos u otros elementos similares para limpiar o rascar el oído.
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