Lo que somos y lo que vivimos primero estuvo en nuestra mente. ¿Por qué el dinero nunca es suficiente? El problema está en el subconsciente. Allí tenemos archivadas todas las ideas. En los cuentos infantiles generalmente se asocia la imagen de la persona rica con la mezquindad y la avaricia y es en la infancia, donde se arraigaron esas ideas poderosas que marcarán nuestra vida para siempre. Vivimos en una contradicción, por un lado deseamos el dinero pero, por otro lado nos saboteamos, porque en el fondo creemos que el dinero no es bueno.
El problema no es el dinero, el dinero es un recurso con el cual se hacen cosas, igual que la harina… si tenés harina, hacés tortas fritas… y disfrutás de unas ricas tortas fritas con el mate ¿o no? y si tenés suficiente harina hacés más tortas fritas y le convidás a la familia y a los amigos y ellos también disfrutan ¿verdad?. Si tuvieras suficiente dinero para tener un buen poder adquisitivo y para ahorrar, también lo vas a disfrutar y vas a hacer felices a los que te rodean, la generosidad (que es lo opuesto a mezquindad) es una buena actitud. Lo primero que tenemos que cambiar es el concepto que tenemos del dinero: El dinero no es más que un recurso que debemos aprender a usar tan bien como usamos la harina para hacer tortas fritas, pan, fideos caseros, etc. No sentís culpa por tener un par de kilos de harina guardados en la alacena porque, cuando tenés ganas, hacés algo rico para disfrutar en familia… Entonces, ¿por qué deberíamos sentir culpa de tener dinero guardado para usarlo cuando fuera necesario?.
El dinero no es malo, lo que es malo es la avaricia, que es el afán de poseer muchas riquezas por el solo placer de atesorarlas sin compartirlas con nadie. Entonces la clave para asegurarnos que el dinero sea bueno para nosotros es que sea para disfrutarlo y compartirlo porque la generosidad es una buena actitud. Cuando te preguntes ¿Cuál es la razón para tener dinero?, si tu respuesta es para disfrutarlo, para compartirlo, para ser una persona generosa sabrás que estás en el buen camino.
Otra cosa que deberíamos cambiar en la mente es con respecto a los límites de la procedencia del dinero: Cuando pensemos en cómo recibir dinero no debemos estar señalando a la fuente de donde debe provenir, por ejemplo “que me aumenten el sueldo”. El único límite que deberíamos tener es que la procedencia sea legal para no meternos en problemas, pero después… Gracias! Que venga de donde sea!
Para lograr este cambio, como cualquier otro, no alcanzará sólo con entenderlo y meditarlo. Como he dicho otras veces, a la mente hay que entrenarla y aprende con repeticiones (pensadas, habladas, escritas, dibujadas); también aprende con la práctica y para ello te servirían imágenes de dinero (no verdadero) colocadas en lugares estratégicos; también la mente aprende cuando usás la imaginación, si visualizas mejor, imaginate disfrutando aquellas cosas que harías con el dinero y… si nada de esto te da resultado te queda hacer hipnosis. Date tiempo, este es un cambio simple… en cuanto enganches la mecánica vas a empezar a notarlo…
María Martínez, hipnoterapeuta
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