Las demandas y exigencias actuales estan ligadas a la tecnología material y electrónica, aunque el personal policial asegura que el principal modus operandi de los ladrones sigue siendo el apalancamiento de puertas y ventanas carentes de medidas óptimas de seguridad, o bien la técnica de escalado por tapiales bajos y terrazas accesibles.
En los últimos años la seguridad pública se ha transformado en una de las más importantes preocupaciones para la ciudadanía argentina siendo una de las principales demandas sociales dirigidas al Estado.
Entonces nos pasa que cuando hablamos de la Seguridad (cuyo día específico mundial es reconocido el 16 de marzo), la razón es porque no hay una fecha -que sepamos-, que recuerde el “Día de la Inseguridad”, el verdadero problema.
Nuestro país atraviesa un proceso en el que confluyen incrementos en los índices delictivos, en la conflictividad social y en el temor ciudadano. La inseguridad tiene una relevancia social indiscutible dado que es percibida por la ciudadanía como la principal preocupación y ya no es un flagelo solo de los “grandes ámbitos ciudadanos”, la padecemos hasta en los pueblos más chicos, lamentablemente.
En el hogar
Ningún domicilio está a salvo de ser víctima de la inseguridad, porque los amigos de lo ajeno no muestran ningún tipo de preferencias.
Simplemente, observan el entorno y entran en cualquier hogar con apariencia de que no haya nadie en ese momento, aunque en muchos casos, se juegan hasta en los que hay gente, con resultados lamentables para las víctimas.
La seguridad en las viviendas ya se ha convertido en nuestro país en un tema de gran peso influyendo hasta en el mercado inmobiliario... La seguridad es un condicionante cada vez más determinante en el planteamiento de cualquier proyecto urbanístico, o en el alquiler o compra de un inmueble.
Las demandas y exigencias actuales estan ligadas a la tecnología material y electrónica, el término casas inteligentes cada vez se hace más accesible, pero también están vigentes los métodos tradicionales, sencillos y primarios para garantizar la seguridad de las viviendas.
Al respecto, el personal policial asegura que el principal modus operandi de los ladrones sigue siendo el apalancamiento de puertas y ventanas carentes de medidas óptimas de seguridad, o bien el acceso mediante la técnica de escalado por tapiales bajos y terrazas accesibles.
Medidas preventivas
Como no todo el mundo puede vivir en urbanizaciones protegidas por guardas privados, circuitos de cámaras de televisión y accesos restringidos, es conveniente blindar los focos de inseguridad más frágiles de la casa. Instalar rejas en las ventanas y colocar puertas blindadas o con doble cerradura para protegerse de los “revientapuertas”, no sería un gasto sino una inversión. Medidas preventivas que, para garantizar la plena seguridad del hogar, los expertos recomiendan que vayan siempre acompañadas y complementadas con medidas disuasivas.
Medidas disuasivas
Los profesionales en seguridad coinciden a la hora de afirmar que un sistema de alarma representa el mejor y más rentable método disuasorio contra los amigos de lo ajeno. Por eso hoy se ha popularizado tanto en locales comerciales como en viviendas, siendo en estas últimas donde más se está incrementando la instalación de los nuevos dispositivos de protección.
Los sistemas consisten en sensores infrarrojos de movimiento, microcámaras de vigilancia y otros pequeños dispositivos que van conectados a una centralita inteligente que evalúa la situación de riesgo y avisa al propietario del inmueble o a un centro de seguridad que despliega otros modelos de vigilancia. Todo ello, para contrarrestar la astucia y puesta al día de unos ladrones que cada día ‘trabajan’ con métodos más sofisticados. Los productos ofertados por las compañías de seguridad se adaptan a las peculiaridades de cada vivienda. Los paquetes estándar incluyen dos o tres detectores de movimiento (intercambiables por detectores de roturas de puertas o cristales), sirena, cartel exterior, conexión a una central receptora conectada con la Policía y hasta hay equipos anticorte telefónico que emite señales vía radio (remitiendo mensajes similares a los de un teléfono móvil). La mayor parte de estos productos incluye servicios adicionales como el de asistencia inmediata, en el que un vigilante se presentará en su domicilio, previa comunicación a la policía, una vez que salte la señal de alarma.
Medidas de seguridad pasiva
No obstante, estas medidas de seguridad activa, tal y como recomiendan los mandos policiales, se deben complementar con acciones de seguridad pasiva.
Todo lo que transmita a la vivienda la apariencia de estar habitada será un seguro de prudencia muy eficaz. Simular que la casa está habitada puede ser el mejor golpe de efecto para disuadir a los delincuentes en períodos de ausencia prolongada.
No bajar del todo una persiana inaccesible, dejar ropa tendida, evitar que se acumule el correo, mantener el timbre conectado o instalar un temporizador que enciende aleatoriamente electrodomésticos o luces, aparecen como los métodos más efectivos para ahuyentar a los ladrones.
Es menester que, antes de salir de vacaciones, también compruebe la cobertura del seguro de su hogar y tome las medidas pertinentes para evitar que su casa sea objetivo de los ladrones. No estaría de más realizar un inventario de las pertenencias más valiosas, para facilitar su recuperación.
Pólizas de seguros
La mayoría de las pólizas cubren los daños producidos en el inmueble debido a siniestros y la responsabilidad civil derivada de los desperfectos a la propiedad ajena. Esta cobertura puede ampliarse, asegurando los objetos personales contra accidentes, robos, hurtos, etcétera. Las prestaciones se adaptan a la situación personal y a la tipología de la casa, aunque las compañías ofrecen descuentos si se dispone de medidas de seguridad en la vivienda, como alarmas, cajas fuertes, etc.