"Cuando hay libertad, todo lo demás sobra” - frase de José de San Martín.
Hacía tiempo que los reporteros buscaban que el Cabildo les concediera una entrevista.
Una mañana descolorida se escucharon unos golpes.
No alcanzaron a abrirse las puertas de par en par, cuando los trabajadores de prensa coparon el interior portando cámaras de fotos y grabadores.
El más atrevido del grupo no tardó en cumplir con su objetivo.
- ¿Puede explicarnos por qué las puertas suelen permanecer cerradas?
Sin darle tiempo a responder, lo cercó otro reportero
- ¿Tiene Ud. motivo para evitar visitas?
Con firmeza el Cabildo les respondió:
- ”Perdonen mi testarudez, pero no está en mi ánimo, que se desprestigie este lugar'. "Que se hayan olvidado lo que aquí aconteció".
¿Acaso las docentes no le enseñaron el valor de la libertad? Esa libertad que
un grupo de vecinos logró en la semana de mayo de 1810?
Un largo silencio se hizo presente
El Cabildo prosiguió: - ¡En los últimos años he tenido miedo!
Un fotógrafo quitó la cámara de su rostro.
-No entendí bien. ¿Usted dijo miedo?
- “No es nuestro deseo que esta visita sea solo para completar los espacios en blanco que suele faltarle a nuestro periódico. Ni siquiera piense que nos acordamos, cuando ha quedado atrás, la semana de Mayo.
El Cabildo en voz pausada, continúo con el relato.
-“Aquí se reunieron 251 vecinos, de los 500 invitados. Fue necesario traer bancos de la iglesia, para albergar a todos”.
A ellos les importaba alcanzar la independencia de intereses foráneos. Querían saber. Necesitaban saber.
En la calle, el bullicio de un grupo de jóvenes obligó al anciano a hacer silencio.
Al retomar la palabra expresó que jamás pudo olvidar las palabras de Mariano Moreno. Para él, todo abuso tenía remedio. Convencido que al eliminarlos se acabarían las traiciones, ya que el pueblo necesita conservar las esperanzas y la credibilidad de quienes rigen el destino de la Patria.
El Cabildo se quitó los anteojos. Secó sus ojos opacados por tantos años vividos.
Un camarógrafo dejó la filmadora en el piso, con la intención de aplaudir. Sin embargo, las puertas tenían apuro en cerrarse.
Las visitas se marcharon para detenerse en la vereda. Necesitaban contemplar el añejo edificio, mientras colmaban las calles, motores que teñían de gris el ánimo de los transeúntes.
Se marcharon en silencio. Sin saber si deseaban registrar ésta entrevista en el periódico.
Pero, el fotógrafo tenía en sus labios, una frase incuestionable. Todos se miraron, tratando de discernir, ¡cuánta verdad tenía el anciano!
"Cuando hay libertad, todo lo demás sobra” - frase de José de San Martín
Autora: Astudillo, Nora Susana