Continuando con la nota iniciada la edición anterior, empezamos en detalle con la propuesta de viaje de recorrer parte de Europa en auto, a partir de Madrid, con una ruta bordeando el Mar Mediterráneo -sur de España y de Francia-, hasta atravesar Italia por el norte, llegando al Mar Adriático, en Venecia.
En la 1ra Parte, hablamos sobre el ingreso a la Comunidad Europea por el aeropuerto español de Barajas, las exigencias y beneficios del «Convenio Schengen», la conveniencia de reservar auto y algunos hoteles antes de viajar, el uso del GPS (Geo Posicionador Satelital), costos de peajes y combustibles.

Madrid
El punto de entrada sugerido al Viejo Continente, es la capital española, de aspecto muy pulcro, cuidados jardines y hermosas fuentes, acompañadas de un patrimonio arquitectónico que en muchos casos nos parecerá estar en Buenos Aires.

Para conocerla a fondo se precisa varios días, pero para tomar una vista rápida, lo mejor es estacionar el auto en el hotel o en un Parking y tomar el bus turístico con audioguiado, «Madrid Vision», que tiene paradas por todos lados, con dos recorridos, a los cuales se accede abonando un pase diario de unos 17 euros por persona, que nos permitirá bajar y subir durante el día, cuantas veces se nos ocurra.

En ellos visitaremos la Puerta del Sol, la Plaza Mayor, la Calle de Alcalá, la Plaza Cibeles, la Estación Atocha, el estadio Bernabeu, etc.
Para visitar museos y otros sitios culturales, es aconsejable participar de visitas con guías especializados. De esta forma, si algún lugar lo cautivó de manera especial, con el plano que la empresa le regala, más la ayuda del GPS, podrá usted luego recorrer el objetivo a gusto con el auto, aunque debe saber que son pocas las posibilidades de estacionar en la calle y que el ritmo de esta hermosa ciudad, es típico de las capitales del mundo: Tránsito exasperado y horas pico a las que hay que escapar.

De Madrid a Barcelona
Como para empezar a hacer ruta, este recorrido nos trasladará desde el centro del país a la costa del Mar Mediterráneo, tras recorrer 613 kms, pasando por Guadalajara, Calatayud, Zaragoza.
La cautivante ciudad, como la mujer barcelonesa, se presenta bella de día y atrevida de noche.
Exquisita en sus múltiples facetas edilicias, Barcelona es el tipo de ciudad en la que se puede encontrar un bloque de oficinas de cristal y acero al lado de una catedral gótica. Merece ser recorrida con el bus turístico «Barcelona City Tour» para poder apreciarla.
La catedral de la Sagrada Familia, el Barrio Gótico, la Plaza Cataluña, el Parque Güell, Montjuïc, el estadio del Barza, la Rambla, etc., son sitios que no pueden dejar de verse en una visita.

Para todos los gustos
La impronta modernista marcada por el arquitecto Antoni Gaudí, no sólo ha inspirado a sus colegas gratamente, sino también a toda una generación, que vive la vida con mayor libertad de expresión en todos los sentidos.
Las playas populares albergan a la juventud y la familia, en tanto otras, también públicas, a los entusiastas nudistas que abundan en todo el país.

A tomar sol se ha dicho y nada de andarse escondiendo. El topless es habitual y el nudismo una costumbre entre los españoles. No obstante, hay playas públicas dedicadas a los que no usan nada de ropa y otras para gays. La característica en común es el agua bastante cálida en verano, de color azul.

Templos espectaculares, museos únicos, monumentos imponentes, parques y palacios, merecen ser apreciados en una visita guiada por profesionales, que le llevará más tiempo.
Si decide tomarse a Barcelona en serio, necesitará varios días para no perderse el Paseo Marítimo, la Ruta Modernista, subir en funicular al Monte Tibidabo, recorrer el puerto con alguno de los barcos que parten de Port Olimpic y por las noches disfrutar el show de un Tablao Flamenco.

Por Valencia
Si a este primer tramo quiere agregarle un toque especial, vaya de Madrid a Valencia y luego por la costa del Mediterráneo, hasta Barcelona, pasando por Sagunto, Vinarós, Tarragona.
Son apenas 94 kms. más, pero si tiene al menos un día para dedicarle a Valencia, vale la pena. Las cálidas noches valencianas invitan a «salir de tapas», mientras la cerveza helada de barril, bien tirada, nos ayuda a apreciar con más gusto el idioma catalán...

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Salir de tapas

Es una costumbre del sur de España que con el tiempo ganó la simpatía de todo el país y se trata de salir a comer raciones pequeñas de platos populares, lo que para los argentinos sería «una picada», pero el menú es más completo, no sólo se limita a fiambres y quesos -donde se destacan el jamón ibérico y el queso manchego-, la interminable lista abarca bocadillos de tortillas, empanadas de mariscos, cazuelas de todo un poco, pescados, moluscos, papas fritas, ajíes, chorizos fritos, en fin, una fiesta del sabor que invita a beber. La mística es «tapear» un poco en una taberna y luego en otra, dos o tres platitos por aquí y otros tres por allá y así hasta que la madrugada nos sorprenda...

El Idioma Catalán

El catalán (catalá), también llamado valenciano (valenciá) en la Comunidad Valenciana, es una lengua romance occidental que procede del latín vulgar.
Se habla en algunos territorios de España (Cataluña, Comunidad Valenciana, Islas Baleares y parte oriental de Aragón), en Francia (Rosellón) y en Italia (ciudad de Alguer), así como en el Principado de Andorra, donde es la lengua oficial.