Cuarta y última entrega (nota 1 - nota 2 - nota 3) de nuestro recorrido por espectaculares destinos del noreste brasilero. Esta vez reseñamos las bondades de Porto de Galinhas en el Estado de Pernambuco y de Maragogi y Maceió en el Estado de Alagoas.
Estos tres lugares de playa, se encuentran dentro de una franja de 200 kms. con una interconección por tierra bastante deteriorada y de tránsito peligroso, por lo que resulta recomendable contratar paquetes turísticos con los traslados incluidos.

Porto de Galinhas
Es una playa ubicada a sólo 60 kms. al sur de la ciudad de Recife.
Hasta hace pocos años atrás, era una pequeña y anónima villa de pescadores, pero alrededor de 1990, turistas brasileros descubrieron el lugar y rápidamente, comenzó a aparecer en las secciones de turismo de los principales diarios y revistas.
Su nombre, muy reconocible, que significa ‘puerto de gallinas’, es de la época cuando el tráfico de esclavos fue prohibido, y ‘gallinas’ era el código usado para referirse a los mismos. «Hay nuevas gallinas en el pueblo» era la manera para decir que un barco lleno de esclavos había llegado.

Porto de Galinhas. Cuando la marea baja, se forman varias piscinas naturales donde los turistas pueden nadar, zambullirse y alimentar los peces en una temperatura promedio del agua de 26° todo el año.

Muchos de los locales aún se ganan la vida de lo que recogen del mar, de los cocoteros que abundan en las plantaciones de palmeras, de las artesanías y de los pequeños comercios relacionados a la actividad turística.
En la playa, se puede degustar bocadillos de pescado, camarones y langosta fresca con cerveza helada, que ofrecen los lugareños.
La línea de la playa se extiende por 18 kilómetros de arena muy blanca y fina, acompañada por una gran cadena de corales que hizo famoso el lugar.
Cuando la marea baja, se forman varias piscinas naturales donde los turistas pueden nadar, zambullirse y alimentar los peces en una temperatura promedio del agua de 26° todo el año.
Hay mucha oferta de alojamiento, alquiler de buggys y buenos sitios para comer.

Maragogi
Es el segundo lugar más buscado del Estado de Alagoas, ubicado entre Maceió y Recife.
Conocido por sus bellezas naturales y extensas plantaciones de coco, el poblado de Maragogi no resulta muy atractivo y a excepción de los grandes resorts con sistema todo incluido, que ofrecen paquetes semanales, lo poco que hay de hoteles, posadas y restaurantes, están casi todos junto al mar. Si uno pone la mirada en este pueblito y llega fuera de horario de la acción -la salida y llegada de las embarcaciones de turismo-, se pregunta porqué tanta promoción si es una playa más.

Pero el secreto de Maragogi se esconde en «Galés», las piscinas naturales distantes a 6 km de la playa central de la ciudad, a donde llegan turistas de todo el mundo para admirar tanta belleza.
Ubicada en pleno ecosistema de la costa de los corales, Galés forma parte de un área de preservación ambiental que abarca 135 kms, desde Tamandaré en Pernambuco, hasta Paripueira en Alagoas.
«Galés» es el sostén del turismo y la economía de la región ya que por sus características permite el contacto directo con los arrecifes de corales, rocas inmensas y al mismo tiempo rígidas y delicadas, formadas por organismos con esqueleto calcáreo.
Los paseos en barco o lanchas para bucear, es la actividad principal de la programación de un día en Maragogi y el horario de las mareas es el que manda.
La mayoría de los viajes en paquetes salen desde la ciudad de Maceió, a 130 kms. al sur, o de Recife, a 125 kms. al norte.
Si uno tiene suerte y llega en un día de marea mínima en su punto más bajo, entre 0,1 m y 0,2 m de altura, podrá observar un paisaje fantástico, grandes extensiones de arrecifes de corales expuestos, agua transparente hasta la rodilla, bancos de arena donde se puede jugar fútbol en alta mar.
Si no llevó cámara fotográfica submarina, fotógrafos buceadores se encargan de registrar estas aventuras acuáticas en imágenes digitalizadas.

El secreto de Maragogi se esconde en «Galés», las piscinas naturales distantes a 6 km de la playa central de la ciudad, a donde llegan turistas de todo el mundo para admirar tanta belleza.

Maceió
La ciudad de Maceió es la capital de Alagoas y cuenta con buena infraestructura turística y hotelera.
Con una clara separación entre la zona comercial y el área turística, se destaca por la combinación de atractivos que hacen a su belleza, rodeada por cocoteros, manglares y el mar, con agua que por momentos es de color verde y otras veces azul.
Bares, quioscos, restaurantes y hoteles con vista al mar se suceden en forma permanente donde abunda la venta de artesanías, destacada por los trabajos de bordados elaborados a mano por las mujeres de los pescadores.

En Maceió todas las playas son bonitas y cuenta también con piscinas naturales. Bares, restaurantes y hoteles con vista al mar se suceden en forma permanente.

Algunas de las playas más conocidas de Maceió son: Pontal da Barra, Praia do Sobral, Playa de Ponta Verde, Playa de Jatiuca, Playa de Pratagy.
Pontal da Barra se forma por el encuentro de las aguas de la laguna Mundau, la laguna Manguaba y el Atlántico. Esta playa es un espectáculo de singular belleza que vale la pena conocer.
La praia do Sobral comienza en el puerto de Maceió y posee una gran franja de arenas blancas.

El mayor atractivo de la Playa Pajucara es el paseo en jangada hasta las piscinas naturales, donde hay bares flotantes.
Aquí, los amantes del snorkel se deleitan con exóticas especies marinas que abundan a poca profundidad. La gastronomía está encabezada por peces, mariscos, crustáceos y moluscos.

Próximas notas: la playa de Guarujá en San Pablo y la exquisita Buzios con Río de Janeiro. Click aquí>>

Turismo y pobreza conviven tan cerca...

Esta vez la información de esta columna no es grata, es que nos pegó muy de cerca haber estado allí. Sucede en muchas hermosas partes del mundo (Dominicana, Cuba, Jamaica...) que lo dramático de la pobreza convive a pocos kilómetros del lujo del turismo. También es justo decir, que gracias al Turismo, muchos de estos lugares han encontrado la forma de sobrevivir. Brasil no está ajeno a ésto, los estados de Pernambuco y Alagoas, que albergan sitios espectaculares que se han hecho famosos en la costa atlántica por su belleza natural, tiene a sus espaldas, continente adentro, una de las zonas más pobres del país.
En nuestro recorrido en este área, pasamos por União dos Palmares, una de las 15 poblaciones castigadas por una inmensa lluvia de varios días ocurrida a mitad de este año. Nos encontramos con una ruta nacional cortada, con un puente que se lo llevó el río, con un poblado devastado donde Defensa Civil de Brasil informó que hubo 500 víctimas desaparecidas.

Allí los habitantes se vieron obligados a refugiarse en los techos de sus casas para salvarse de la crecida del río Mundaú. El lodo cambió la fisonomía de estas ciudades, habitualmente aquejadas por sequías prolongadas y los escombros se acumulaban por todas partes, dejando al desnudo las viviendas que se vinieron abajo, principalmente las cercanas al río. Los lugareños más ancianos aseguran que, en los últimos 40 años, nunca se habían producido unos aguaceros tan fuertes como los ocurridos en junio de 2010.
Una faceta que queda oculta para el turista, pero que no pasa desapercibida para el viajero...