Esta es la 6ta y última parte de la nota (links: primera, segunda, tercera, cuarta, quinta), cuya propuesta de viaje ha sido recorrer una porción de Europa en auto, a partir del ingreso por Madrid, con una ruta bordeando el Mar Mediterráneo -sur de España y de Francia-, hasta atravesar Italia por el norte, llegando al Mar Adriático, en Venecia, con regreso al punto de partida.
En la entrega anterior, hablamos, ya sobre el regreso, con el recorrido desde Venecia, en Italia, hasta la Costa Azul francesa.
Esta semana, para terminar, abordamos el viaje desde Cannes a Madrid, recorriendo previamente parte de las comunidades de Aragón y de Castilla La Mancha.
Gruta Iris, oculta a la vista por la impresionante cascada
Cola de Caballo, de 50 m. de altura (foto abajo). |
Partiendo de Cannes
Luego de visitar esta porción de la Costa Azul francesa y el Principado de Mónaco, camino a Madrid atravesaremos ciudades como Marsella, Montpellier y Perpignan hasta el límite francés. Luego vendrán las españolas Girona, Barcelona, Lleida, Zaragoza, Calatayud, Guadalajara y Madrid.
Al ingresar a España entonces, si dispone de tiempo, resulta aconsejable cambiar el ritmo de las grandes ciudades por los pequeños pueblos, antes del destino final del aeropuerto madrileño.
La sugerencia es hacer autopista desde Cannes a Zaragoza (912 km), si de un sólo tirón es mucho, dividirlo en dos tramos -Perpignan sería mitad de camino-.
Una vez en la ciudad de Zaragoza, Comunidad de Aragón, la idea es adentrarse en la zona rural rumbo al pueblecito de Nuévalos, base turística del Parque Monasterio de Piedra, de una belleza incomparable.
Desde allí, sugerimos volver a la autopista y continuar hasta la pequeña localidad de Alcolea del Pinar, para salirnos nuevamente de la gran ruta y subir a otro pueblo inolvidable: Sigüenza, donde nos sorprenderá cómo el pasado parece detenido en sus calles medievales. El recorrido sugerido para continuar, es regresar a la autopista, atravesando el Parque Natural Barranco del Río Dulce.
En otra jornada, es buena idea recorrer la Comarca Natural de La Alcarria. Viniendo de Sigüenza, basta atravesar la autopista para ingresar a los caminos de este circuito turístico muy atractivo.
Monasterio de Piedra
Escondido entre las abruptas sierras del Sistema Ibérico, en la Comarca de Calatayud, el conjunto turístico «Monasterio de Piedra» está a 105 km. de Zaragoza, cercano a las poblaciones de Munébrega y Nuévalos, siendo un vergel insólito en torno al agua, donde el río Piedra ha modelado la roca formando lagos, grutas y cascadas, con saltos realmente preciosos, en un entorno donde el verde gana todo cuanto puede verse, atesorando sorpresas geológicas para el visitante, que tiene su máxima expresión en la Gruta Iris, oculta a la vista por la impresionante cascada Cola de Caballo, de 50 m. de altura.
El artífice y descubridor de este sitio único y de la gruta Iris, fue Juan Federico Muntadas, quien lo convirtió en parque natural.
La flora y fauna del lugar complementa el paseo peatonal de unas dos horas y media, donde diariamente hay una exhibición con aves rapaces. Por 7 euros por persona, la visita se complementa con una guiada al Monasterio Cisterciense -del año 1195-, donde aparece la unión de diferentes estilos arquitectónicos: Mudéjar, románico, gótico, renacentista y barroco. Como servicios, disponen de hotel y restaurante.
Castillo de Sigüenza, hoy un hotel cuatro estrellas
integrante de la cadena Paradores Nacionales. |
Castillo de Sigüenza
Situado sobre la altura del cerro que escolta por la izquierda al río Henares, el Castillo de Sigüenza remata con su gallarda y solemne silueta la ciudad toda, en la que, vista de lejos, se confunden las torres de la catedral, los capiteles de los templos románicos y los frontispicios de palacios y conventos, con la algarabía tierna de la arquitectura popular. Tras decenios de abandono, ha sido restaurado perfectamente y sirve de sede a un establecimiento hotelero cuatro estrellas de la cadena de Paradores Nacionales, siendo éste uno de los más hermosos y grandes de España.
Tanto el recinto exterior como el impresionante patio pueden recorrerse libremente. La fortaleza conserva intacto su antiguo trazado y sus dependencias.
El conjunto de la ciudad es, desde cualquier lugar que se la mire, inolvidable y sorprendente.
Comarca de La Alcarria
Es un área muy amplia y de muchos atractivos de gran belleza, con montes y grandes valles por los que pasan los ríos Tajo, Júcar y Guadiela. Se caracteriza por ser una zona productora de miel con Denominación de Origen «Miel de la Alcarria», con métodos de elaboración tradicionales, en base a aromáticas de la zona que deben respetar rigurosamente. De allí proviene la Miel de Romero, famosa por su exquisito sabor.
También la zona es conocida por la elaboración de productos medicinales, a partir de una hierba llamada «espliego», por los corderos alcarreños y una variedad de vino bautizada Mondéjar.
La comarca natural es amplia y está compuesta por gran cantidad de municipios. En el recorrido sugerido viniendo por la Carretera de Sigüenza, el primer pueblo más habitado es Cifuentes, del Siglo XI, con unas 2.000 almas.
Resulta un placer recorrer la carretera camino a Sacedón, que bordea el Embalse de Entrepeñas -aguas de la confluencia de los ríos Tajo y Cifuentes-, a la altura de Durón. Más abajo del pueblo de Sacedón, el embalse de Buendía es otra postal maravillosa.
Siguiendo la ruta propuesta, viene el pueblo de Tendilla, donde desde el siglo XIV a fines de febrero, se celebra la popular Feria de San Matías. Más adelante sigue Brihuega, el jardín de la Alcarria, donde se conjuga arte, historia, buena comida y un clima contagioso de alegría, que sólo nos hace pensar en volver.
Fin del viaje
Poco hemos hablado de las ciudades de Zaragoza, Calatayud y Guadalajara -que se encuentran a nuestro paso en esta ruta- y ha sido a propósito, para quedarnos con el sabor rural de lo tradicional y genuino de esta porción de España. Resta entonces el regreso al aeropuerto de Barajas en Madrid, donde habrá que devolver el auto y el GPS a la compañía rentadora, para emprender la vuelta, jurando regresar pronto.
Abordando «el interior» español
Plano sobre la base de «Google Maps», de la ruta sugerida Zaragoza-Madrid, visitando los pueblitos mencionados y los atractivos propuestos. |
Las grandes ciudades europeas deslumbran con su combinación modernista y antigua, con su mirada cosmopolita, con la multiplicidad de servicios.
Pero es en «el interior» de cada país donde se puede «tomar el pulso» a las raíces culturales. Donde se ve el esfuerzo de cómo se desarrollaron. Donde se aprecia la historia. Donde se aprende de sus costumbres de trabajo y de diversión, dos cosas que en la vida no deben faltar.
Turismo gastronómico en La Alcarria
El cordero y el cabrito son los elementos más preciados de la gastronomía alcarreña. Pero también se puede degustar el conejo, las perdices y codornices en mil formas, junto al Pollo a la Miel de Romero, el Morteruelo de Caza (guiso de carne de conejo, gallina e hígado de cerdo con jamón serrano) y un preparado livianito de la cocina manchega: Duelos y Quebrantos (huevos revueltos con tocino entreverado, jamón serrano, chorizo, sesos de cordero, sal y pimienta, frito en grasa de cerdo, el plato que Miguel de Cervantes inmortalizó en «Don Quijote de la Mancha»).
Por otra parte, las verduras que crecen en torno a sus ríos, dan pie para componer suculentos platos y combinaciones exquisitas, como el Pastel de Berenjenas, el Pisto (fritada de diversas verduras acompañadas por huevos fritos y longaniza), las Papas Guisadas con Níscalos (hongos), el Bacalao a la Alcarreña (con hierbas aromáticas, pimentón y harina), la Costrada de Calabacines (pastel de zuchinis) y tantas otras delicias.
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